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Dejar todo atrás y seguir a Dios

Dejar todo atrás y seguir a Dios

Si puedes dedicar tu corazón, tu cuerpo y todo tu amor verdadero a Dios, ponerlos delante de Dios, serle completamente obediente y ser absolutamente considerado con Su voluntad, no por la carne, no por la familia y no por tus propios deseos personales, sino por los intereses de la casa de Dios, tomando la palabra de Dios como el principio y fundamento de todo, entonces, al hacer esto, todas tus intenciones y perspectivas estarán en el lugar correcto y serás una persona ante Dios que recibe Sus elogios.

Extracto de ‘Aquellos que de verdad aman a Dios son los que pueden someterse completamente a Su practicidad’ en “La Palabra manifestada en carne”

Crees en Dios y lo sigues y, por tanto, en tu corazón debes amarlo. Debes apartar tu carácter corrupto, buscar cumplir el deseo de Dios y debes cumplir con el deber de una criatura de Dios. Como crees en Dios y lo sigues, debes ofrecerle todo a Él y no hacer elecciones o exigencias personales; debes lograr el cumplimiento del deseo de Dios. Como fuiste creado, debes obedecer al Señor que te creó, porque inherentemente no tienes dominio sobre ti mismo ni capacidad para controlar tu propio destino. Como eres una persona que cree en Dios, debes buscar la santidad y el cambio. Como eres una criatura de Dios, debes ceñirte a tu deber, mantener tu lugar y no excederte en tus deberes. Esto no es para limitarte ni para reprimirte por medio de la doctrina, sino que es la senda por medio de la cual puedes cumplir con tu deber; y pueden llevarlo a cabo —y deben llevarlo a cabo— todas las personas que actúan con justicia.

Extracto de ‘El éxito o el fracaso dependen de la senda que el hombre camine’ en “La Palabra manifestada en carne”

9. Mantén tus pensamientos en la obra de la iglesia. Deja de lado las perspectivas de tu propia carne, sé decidido en los asuntos familiares, conságrate sin reservas a la obra de Dios y ponla en primer lugar y, tu propia vida, en segundo. Esta es la decencia de un santo.

Extracto de ‘Los diez decretos administrativos que el pueblo escogido de Dios debe obedecer en la Era del Reino’ en “La Palabra manifestada en carne”

Debes sufrir adversidades por la verdad, debes entregarte a la verdad, debes soportar humillación por la verdad y, para obtener más de la verdad, debes padecer más sufrimiento. Esto es lo que debes hacer. No debes desechar la verdad en beneficio de una vida familiar pacífica y no debes perder la dignidad e integridad de tu vida por el bien de un disfrute momentáneo. Debes buscar todo lo que es hermoso y bueno, y debes buscar un camino en la vida que sea de mayor significado. Si llevas una vida tan vulgar y no buscas ningún objetivo, ¿no estás malgastando tu vida? ¿Qué puedes obtener de una vida así? Debes abandonar todos los placeres de la carne en aras de una verdad y no debes desechar todas las verdades en aras de un pequeño placer. Personas como estas no tienen integridad ni dignidad; ¡su existencia no tiene sentido!

Extracto de ‘Las experiencias de Pedro: su conocimiento del castigo y del juicio’ en “La Palabra manifestada en carne”

Fragmentos de sermones y comunicaciones para referencia:

Dios tiene el siguiente requisito para todas las personas que creen en Él: abandonar todo y seguir a Dios. Desde la Era de la Gracia hasta la Era del Reino, ha habido muchas personas que abandonaron todo para seguir a Dios. Sólo estas personas son dignas de ser llamadas “santos”, que son el pueblo de Dios en la Era del Reino. ¿Qué significa abandonar todo y seguir a Dios? Significa ofrecer a Dios todo tu corazón, todo tu ser, y sumergirte completamente en la obra de Dios y gastarte para Dios. Este es el verdadero significado de abandonar todo para seguir a Dios. Hay personas que creen que sólo aquellos que no han iniciado su propia familia y no tienen preocupaciones pueden abandonarlo todo, mientras que las personas que tienen una familia, que tienen padres, un cónyuge o hijos no pueden hacerlo. Esta perspectiva es incorrecta. Primero, las personas deben saber que las demandas de Dios para las personas son justas y razonables. Él no exige que las personas abandonen a sus padres, a su cónyuge o a sus hijos. Más bien, Él pide que las personas entreguen su corazón y lleven a cabo su deber al máximo, sin ser controladas por ninguna persona, evento o cosa. Esto es equivalente a abandonar todo y seguir a Dios. Dios no fuerza a las personas a que hagan cosas que no están dispuestas a hacer. Es suficiente que una persona ponga todo su esfuerzo para satisfacer a Dios. Es natural que uno deba desechar algunas cosas que deben ser desechadas. Si, por ahora, no se puede abandonar algo, todo lo que se requiere es no ser controlado por eso. Si el corazón de una persona todavía está controlado y no puede cumplir su deber plenamente, esto no cuenta como abandonarlo todo. El asunto de la devoción a Dios yace dentro de la práctica de abandonarlo todo. Si verdaderamente eres una persona dedicada a Dios, en tu corazón serás capaz de evitar ser controlado por tu familia, tu cónyuge o tus hijos. Muchos hermanos y hermanas tienen vínculos familiares, pero su corazón no está controlado por su familia; cumplen muy bien su deber. Aunque ocasionalmente se vayan para cuidar de su familia, no permiten que esto interfiera en lo absoluto con sus deberes. ¿Puedes decir que no han abandonado todo para seguir a Dios? Tener una familia es verdaderamente una dificultad: nadie puede negarlo. Sin embargo, si su corazón puede ser leal a Dios, podrán quitarse de encima todos los enredos familiares. Aunque la carne sufra alguna adversidad, la persona recibe grandes bendiciones de Dios para su crecimiento en la vida. ¿Y qué obtienen aquellas personas que se aferran a los deleites de la carne? Al final, no obtienen nada. ¿Y cómo deberíamos lidiar con las adversidades de la carne? Se puede decir que cualquier cantidad de adversidad que sufra la carne es algo bueno. Siempre que Dios sea satisfecho, el espíritu de una persona puede estar gozoso. El mayor dolor de todos sería ofender a Dios porque la persona se aferra a los placeres de la carne. Todos los que abandonen todo y se entreguen a Dios serán recompensados porque han cumplido apropiadamente con su deber humano y han satisfecho a Dios. Además, serán elogiados por Dios porque Dios bendice en gran manera a todas las personas que sinceramente se gastan por Él. Aquellos que se aferran a los deleites de la familia y la carne y no pueden abandonarlo todo para seguir a Dios, son personas leales al diablo Satanás. Ciertamente, no pueden ser salvados por Dios y, en particular, no tendrán la bendición de Dios.

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