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Jesús es el segundo Adán

Jesús es el segundo Adán

¿Cómo es Jesús el segundo Adán?
En 1 Corintios 15: 45-49 leemos que Jesús es el segundo Adán: «Así está escrito: «El primer hombre, Adán, se convirtió en un ser viviente»; el último Adán, en el Espíritu que da vida. No vino primero lo espiritual, sino lo natural, y después lo espiritual. El primer hombre era del polvo de la tierra; el segundo hombre, del cielo. Como es aquel hombre terrenal, así son también los de la tierra; y como es el celestial, así son también los del cielo. Y, así como hemos llevado la imagen de aquel hombre terrenal, llevaremos también la imagen del celestial.» ¿De qué manera es Jesús el segundo Adán?

El pasaje de 1 Corintios 15 comparte las siguientes similitudes: primero, Adán era un ser vivo; Jesús es un ser que da vida. Segundo, Adán era del polvo; Jesús, el segundo Adán, es del cielo. Este pasaje muestra que al igual que Adán que era un ser natural y Jesús un ser espiritual, también debemos nosotros ser transformados de un ser natural a un ser espiritual, transformados a través de Jesucristo.

El contexto de este capítulo habla de la futura resurrección de los creyentes y del tipo de cuerpo que tendrán los creyentes. El cuerpo resucitado será como el cuerpo resucitado de Jesús, no como los cuerpos físicos que las personas tienen en esta vida. En 1 Corintios 15: 56-57 se afirma: «El aguijón de la muerte es el pecado, y el poder del pecado es la ley. ¡Pero gracias a Dios, que nos da la victoria por medio de nuestro Señor Jesucristo!»

Más adelante, en el capítulo anterior, Pablo señaló: «De hecho, ya que la muerte vino por medio de un hombre, también por medio de un hombre viene la resurrección de los muertos. Pues así como en Adán todos mueren, también en Cristo todos volverán a vivir» (1 Corintios 15: 21-22). Esta comparación y contraste demuestra que a través de Adán, experimentamos la muerte. Pero a través de Cristo, experimentamos la vida.

El apóstol Pablo también aborda este tema en Romanos 5. Los versículos 14-15 explican: «Sin embargo, desde Adán hasta Moisés la muerte reinó, incluso sobre los que no pecaron quebrantando un mandato, como lo hizo Adán, quien es figura de aquel que había de venir. Pero la transgresión de Adán no puede compararse con la gracia de Dios. Pues, si por la transgresión de un solo hombre murieron todos, ¡cuánto más el don que vino por la gracia de un solo hombre, Jesucristo, abundó para todos!» Adán representó a un hombre que moriría. Jesús representa a uno que trae vida.

Jesús es el segundo Adán como el que vino a traer vida, el primero entre los redimidos por medio de Cristo. Es a través de Jesús que se rompe el poder condenatorio del pecado, ofreciendo vida nueva y vida eterna a través de él.

Fuente: Compelling Truth

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