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Permitir que Dios reine en nuestra familia

Permitir que Dios reine en nuestra familia

Si Dios reina en su vida, reinará en su familia

Si Dios reina en tu vida, reinará en tu familia y todo cambiará en el hogar

1. Lectura Bíblica: Efesios 2.8-10

2. Meditación familiar:

Quienes conocen a Dios y siguen su dirección, tendrán paz espiritual, gozo y contentamiento. Para descubrir su propósito para nuestra vida, el primer paso es recibir a Jesucristo como Salvador personal. Es algo que no solo aplica a nuestra vida sino también a toda la familia.

Nuestra parte en la salvación es reconocer delante de Dios que hemos vivido en rebeldía contra Él porque queríamos hacer nuestra propia voluntad (Romanos 3.23). Al declarar nuestra convicción de que la muerte de Jesús pagó totalmente nuestra deuda por el pecado, tenemos que pedir el perdón de Dios.

Al reconocer a Jesucristo como Salvador personal y Señor, consagramos nuestra vida a Él (Romanos 10.9; Gálatas 2.20; 1 Juan 1.9). Puesto que Él tiene ahora el control, las órdenes a cumplir y la dirección vendrán de Él. Al llegar a formar parte de la familia de Dios, tenemos su Espíritu que nos ayuda a descubrir y cumplir el propósito de nuestro Padre celestial.

El propósito de Dios para sus hijos incluye la santificación, la mayordomía y el servicio. Y recuerde que usted como cabeza de hogar o esposa, tienen la enorme responsabilidad de unir sus hijos en intimidad con Dios. Si permite que tengan una buena relación con el Padre celestial, experimentarán cambios que se reflejarán en la vida de hogar.

Recuerde lo que enseñan las Escrituras: “Dios los salvó por su gracia cuando creyeron. Ustedes no tienen ningún mérito en eso; es un regalo de Dios. La salvación no es un premio por las cosas buenas que hayamos hecho, así que ninguno de nosotros puede jactarse de ser salvo. Pues somos la obra maestra de Dios. Él nos creó de nuevo en Cristo Jesús, a fin de que hagamos las cosas buenas que preparó para nosotros tiempo atrás.” (Efesios 2:8-10. NTV)

La santificación se refiere al crecimiento continuo en santidad. El Espíritu Santo transformará, con nuestra cooperación, nuestro carácter para que lleguemos a parecernos más al del Señor. Mayordomía significa administrar el tiempo, los talentos y las bendiciones que Él nos ha dado. Y el servicio para el reino debe caracterizar nuestras vidas, así como caracterizó la vida del Señor Jesús (Mateo 20.28). Servimos a nuestro Padre celestial al ayudar obedientemente a otros.

¿Cómo aplica eso a mi familia?, se preguntará usted. Es una buena pregunta porque si usted como cabeza del hogar busca a Dios, y le permite que Él ocupe el primer lugar en su vida, Él hará algo especial en su existencia pero traerá cambios también en el entorno familiar. Los cambios llegarán para todos. Buscar con empeño la voluntad del Señor, afecta nuestro carácter, la manera en que invertimos nuestros recursos para su Reino, y cómo ayudamos a los demás.

Si no ha recibido a Jesucristo como su Señor y Salvador, le invitamos para que lo reciba hoy. No se arrepentirá.

3. Oración familiar:

“Amado Señor Jesús, te damos gracias porque siempre estás con nosotros. Si gobiernas en nuestro hogar, estamos llamados al crecimiento, a la victoria, a la unidad. Te pedimos que sigas ocupando el primer lugar en nuestra familia. Ayúdanos en el proceso de crecimiento en todas las áreas. En tus manos entregamos esta jornada de hoy. Amén”

4. Una Meta familiar para hoy:

Procuraré que mi familia tenga un acercamiento permanente con Dios.

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