El servir a Dios es un privilegio que tenemos permitido disfrutar con nuestros hermanos y hacerlo de todo corazón. No podemos dejarlo pasar ni hacerlo con un corazón frío que no recibe lo que Dios nos da mientras le servimos. Servirlo es algo que va a marcar nuestras vidas pero tenemos que aprender a hacerlo de la forma correcta. Hoy vamos a ver 4 temas acerca del servicio a Dios. Sabemos que el servir a Dios implica hacerlo de todo corazón y que es necesario estar en paz con Él y con los demás que apoyan en el cuerpo de Cristo.
“Ahora, pues, Israel, ¿qué pide Jehová tu Dios de ti, sino que temas a Jehová tu Dios, que andes en todos sus caminos, y que lo ames, y sirvas a Jehová tu Dios con todo tu corazón y con toda tu alma” Dt 10:12 (Versión Reina Valera revisión 1960).
Nosotros nos conocimos en una reunión que organizamos entre amigos. Terminamos la reunión de la iglesia del domingo y nos fuimos a preparar todo para una carne asada en un área de palapas. Cuando creímos que todo estaba listo me senté junto unos amigos a comer, pero al sentarme noté que Yasbeck seguía sirviendo a los demás. Me acerqué y le pregunté si no iba a comer. Igual que todos, ella tenía hambre, pero eso no la detuvo para seguir sirviendo hasta que los demás estuvieran bien.
JESÚS FUE UN EJEMPLO VIVO DE LO QUE ES IMPORTANTE EN EL SERVICIO: “SERVIR Y NO SER SERVIDOS”
Eso fue un impacto para mí ya que vivimos en un mundo donde estamos acostumbrados a ser servidos por encima de todos los demás. A la mayoría nos gusta que cuando vamos a un restaurante nos den un buen servicio porque estamos pagando por él. Pero estemos pagando o no, nos gusta ser atendidos. Sobre eso Jesús nos dijo: “Porque, ¿cuál es mayor, el que se sienta a la mesa, o el que sirve? ¿No es el que se sienta a la mesa? Mas yo estoy entre vosotros como el que sirve” (Lc 22:27). Jesús fue un ejemplo vivo de lo que es importante en el servicio: “servir y no ser servidos”.
1. Motivos Para Servir a Dios
Por amor
Debemos servir con un corazón lleno de amor hacia el Señor y hacia los hombres. No buscando sacar provecho del ministerio. El hacer que nos vean o que nos note alguna persona en específico no es una motivación correcta para servir a Dios. Debemos de servir por amor porque Dios nos amó primero. Hacerlo para que Él reciba toda la gloria. A Dios no le interesa que nosotros sirvamos para hacer amigos o para salir con ellos después del servicio. Le interesa un corazón interesado en hacer Su voluntad por amor a Él.
Por agradecimiento
Cuando alguien está agradecido por algo que hicieron por él busca la forma de devolver el favor. ¿Por qué deberíamos estar agradecidos con Dios? Porque dio su vida por nosotros. Nada ni nadie podría darnos lo que Él hizo. “Así que, recibiendo nosotros un reino inconmovible, tengamos gratitud, y mediante ella sirvamos a Dios agradándole con temor y reverencia”. (Heb. 12:28). Hay ocasiones en las que se pide apoyar a cierta hora en la iglesia. Una vez se requería apoyo a una hora determinada y fue triste ver que solamente había 3 personas que llegaron puntualmente a servir; los demás iban llegando conforme el tiempo iba pasando. En otra ocasión las mujeres buscaron apoyar a los hombres para servir y llevaron algo de comida para compartir con ellos. En ese momento sí hubo más hombres sirviendo. Pero nuestra motivación no debe ser un poco de comida.
ES UNA BENDICIÓN PASAR TIEMPO CON LOS HERMANOS CONVIVIENDO, PERO ES IMPORTANTE DESTINAR UN TIEMPO PARA SERVIR EN LO QUE SE NECESITA.
Muchas veces las personas no sirven porque hay un corazón frío que no ha entendido lo que Dios ha hecho por él. No te importa servir. Ves a los demás haciendo cosas para Dios y tú estás pensando en la hora de irte de la iglesia para pasar tiempo haciendo otras cosas. Es una bendición pasar tiempo con los hermanos conviviendo, pero es importante destinar un tiempo para servir en lo que se necesita.
Porque es Su voluntad
Nosotros tenemos la oportunidad de escuchar la voz de Dios y servirle en lo que Él quiere que sirvamos. No debemos buscar servir solo en cosas que nos gustan o con las que nos sentimos cómodos. Busquemos apoyar con nuestro servicio en donde Dios nos ponga según Su Voluntad. Servir en evangelismo, en grupos en casa.
2. Mi lugar en el cuerpo de Cristo
NO TE LIMITES A LO QUE YA SABES. DIOS CAPACITA A LOS LLAMADOS, NO LLAMA A LOS CAPACITADOS.
En lo que se necesite. En cualquier iglesia hay muchas áreas en donde podemos servir. Es bueno servir en lo que nos gusta o en lo que somos buenos. Pero si vemos que en otra área están ocupando ayuda debes de aprender a hacer tus deseos a un lado y apoyar en lo que sea que el cuerpo de Cristo esté necesitando ayuda. Aun siendo un profesionista no dejas de ser parte del cuerpo de Cristo. No te limites a lo que ya sabes. Dios capacita a los llamados, no llama a los capacitados.
Deja la comodidad y reconoce la necesidad
Mi hermana es un ejemplo para mí porque los bebés nunca fueron su punto fuerte, pero a pesar de eso, cuando llegamos a la iglesia y comenzamos a servir, ella aceptó apoyar cuidando niños. No era su zona de comfort pero tenía un compromiso con Dios de servir en lo que se necesitara.
Jesús mismo nos da el ejemplo en Fin 2:6-7 “el cual, siendo en forma de Dios, no estimó el ser igual a Dios como cosa a que aferrarse, sino que se despojó a sí mismo, tomando forma de siervo, hecho semejante a los hombres”.
“Puedo apoyar en todo lo que tú quieras Dios, pero las misiones no son para mí. No me gusta dormir en el piso, comer lo que sea, sacrificarme…” Yo oré a Dios y le entregué a Dios todo, incluso lo que no quería. Al día siguiente el Pastor hizo un llamado para apoyar en un viaje a Nepal después del terremoto del 2015 y supe que Dios me estaba llamando para apoyar ahí y hacer a un lado lo que a mí se me hizo más difícil entregarle. Acepté y Dios dispuso todo para que yo pudiera ir a ese viaje. Estando allá sentía que no encajaba. Todos se esforzaban y servían, pero yo me sentía fuera de lugar. Ahí una persona se me acercó y me pregunto que si no había considerado servir en las misiones. Dios veía mi corazón y no mis esfuerzos físicos.
En el servicio a Dios el “yo no puedo” se vuelve una excusa por una actitud de no dejar nuestra comodidad.
3. La actitud correcta durante nuestro servicio
Compromiso
Si tienes un talento, explótalo para Dios. La mayoría no trabajamos en una iglesia tiempo completo, sino que tenemos un trabajo aparte. Buscamos tener superación en nuestro trabajo, pero ¿por qué nuestro empeño en el trabajo es más grande que nuestro empeño en el servicio en el cuerpo de Cristo? ¿por qué en el trabajo acostumbramos y nos preocupamos por llegar a tiempo? Porque en ese trabajo nos pagan por dinero. Al parecer no hemos entendido que nuestro servicio en la iglesia fue pagado por adelantado. Fue pagado en esa cruz y se nos entregó sin si quiera saber que estaba ahí para nosotros. Comprométete a llegar a tiempo al servicio que estás haciendo para Dios. Es un privilegio que Dios nos da. Tenemos un puesto en la casa de Dios, y lo desperdiciamos haciéndolo de forma mediocre, sin hacerlo de corazón o haciéndolo solo para alguien o por cumplir.
Fidelidad
Al momento de decidir la fidelidad creamos un lazo con la iglesia en la que estamos, echamos raíces y crecemos. Muchas veces te cansas de servir sin que alguien te reconozca, o llevas años pidiéndole a Dios que te ponga al frente del grupo de alabanza porque quieres cantar, tal vez no cantas bien. Y después andamos saltando de iglesia en iglesia buscando reconocimiento de los demás. Mejor ríndete a Dios y sirve de corazón.
Humildad
Tenemos que ser humildes de todo corazón, fue un área con la que batallé. Servir sin buscar darnos a notar o que alguien nos felicite. Las personas con las que servimos o nos juntamos son cruciales para formar nuestra actitud para servir. Si ellos no te apoyan y le restan importancia a tu servicio no te va a ayudar para ir a servir con gozo sino con remordimiento de que podrías estar haciendo algo con ellos.
Y Samuel dijo: ¿Se complace Jehová tanto en los holocaustos y víctimas, como en que se obedezca a las palabras de Jehová? Ciertamente el obedecer es mejor que los sacrificios, y el prestar atención que la grosura de los carneros. 1 Samuel 15:22
Sin vanagloria
Pensamos que al servir en 10 ministerios nos volvemos santos o somos más que los otros. Pero que tu sirvas no es garantía de que tengas una verdadera relación con Dios. Nosotros debemos estar buscando nuestra santidad continuamente. La gloria siempre debe de ser para Dios. “Considerad a aquel que sufrió tal contradicción de pecadores contra sí mismo, para que vuestro ánimo no se canse hasta desmayar” (Heb 12:3).
BUSCA HACER COSAS NUEVAS PARA EL SEÑOR, PERO NO TE CONSIDERES EL ÚNICO QUE PUEDE HACERLO.
La mejor manera de servir en un grupo es porque pasas más adelante. No porque dejaste de servir porque te cansas o te fastidies. No quieras salir de la misma manera en que llegaste. Busca hacer cosas nuevas para el Señor, pero no te consideres el único que puede hacerlo. Recuerda que es Dios quien hace todo a través nuestro.
4. No hay excusa válida para no servir
El noviazgo no resta, suma
Tenemos que marcar prioridades en conjunto sobre en qué momento vamos a darle prioridad a servir al Señor individualmente, cuándo hacerlo juntos y cuándo pasar tiempos para nosotros. No detengamos la bendición que la pareja puede recibir sirviendo cuando nosotros no podamos estar ahí. Hay personas que por más dedicadas que estén al servicio de Dios sacrifican eso por una relación de noviazgo. De eso no se trata el noviazgo, un verdadero noviazgo te anima a servir.
Organiza tus prioridades
Es importante tener un trabajo, carrera, maestría, otro idioma; y dar en todas esas cosas lo más que podamos y dar un testimonio de la responsabilidad que tiene un cristiano en todo eso. Son una bendición, pero no si los usas como excusa para servir a Dios. Siempre hay tiempo para servir a Dios. Si no encuentras ese tiempo es porque no estás organizando bien tu tiempo o tus prioridades.
Fuente: Jóvenes de Brisas
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