1. Pasa ratos significativos leyendo la Palabra1. Léela, escúchala, memorízala, medita sobre ella. «Deseen con ansias la leche pura de la Palabra, como niños recién nacidos. Así, por medio de ella, crecerán en su salvación»2.
2. Lee relatos de intervención divina. Los testimonios de oraciones respondidas, tanto de la Biblia como de la actualidad, trasladan las promesas de ayuda divina al terreno de lo práctico. Lo que Él ha hecho por otras personas, lo puede hacer por ti.
3. Pon a prueba las promesas de Dios. A medida que estudies la Palabra, ve elaborando una lista de versículos que contengan promesas divinas para diversas situaciones. Cuando ores, exígele a Dios que cumpla lo prometido.
4. No pierdas el optimismo. Considera las situaciones difíciles, los obstáculos y los desafíos como oportunidades de expandir tu fe.
5. Presenta tus problemas e inquietudes a Dios en oración. Él dice:«Clama a Mí, y Yo te responderé, y te enseñaré cosas grandes y ocultas que tú no conoces»3. Conforme aprendas a trabajar más estrechamente con Dios para obtener de Él soluciones y respuestas, adquirirás más conciencia de Su amor y auxilio omnipresentes.
6. Acoge los cambios. Los grandes cambios de circunstancias a veces nos incomodan y desestabilizan. Al mismo tiempo, esas alteraciones son el caldo de cultivo de la fe, toda vez que nos obligan a tomar determinaciones. ¿Dejaremos el desenlace en manos de Dios? Cada vez que depositamos nuestra confianza en Dios y Él cumple lo prometido, nos resulta más fácil confiar en que Él nos ayudará a salvar el siguiente escollo.
7. Ora, no solo con la esperanza de que todo se arregle de la mejor manera, sino dando por hecho que así será. Cuando das gracias a Dios por responder a tus oraciones aun antes de que se materialicen las respuestas, la necesidad pasa a un segundo plano, y todo el énfasis se pone en la capacidad de Dios para satisfacerla.
8. Lleva un diario en el que detalles por qué cosas rezas y en qué fecha. Luego ve marcando las peticiones que Dios responda. De vez en cuando repasa los resultados.
9. Lleva un registro de promesas invocadas y cumplidas. Anota qué promesas invocaste en determinada situación y repasa la lista cuando te haga falta una inyección de fe para superar el siguiente obstáculo.
10. Toma decisiones basadas en la Palabra. Cuanto más aprendas a proceder según los principios y promesas de la Palabra de Dios, más experimentarás Su poder, lo que a su vez te dará más fe para cuando le presentes otras necesidades en oración.
11. Da testimonio del poder de Dios. Contando cómo Él te ha ayudado fortalecerás tu fe y la de todos los que te oigan.
Fuente: Activated
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