El don cristiano de la paciencia

Predicas Cristianas | Mensajes Cristianos

Texto Bíblico: Santiago 1:2-4

Introducción:

Hay días donde desde que amanece nos levantamos cansados, nos sentimos desahuciados, sin ánimo, pues de repente muchas cosas malas nos han ocurrido y no entendemos por qué, hasta nos atrevemos a pensar que Dios nos ha abandonado, pero Dios no abandona a nadie que obra bien, el siempre camina a nuestro lado de forma silenciosa, quizás no nos percatamos de su presencia por nuestros problemas diarios pero Él está ahí, y cuando menos lo esperamos se hace sentir, nos sorprende con su bondad, ayudándonos a solventar los inconvenientes, puesto que ha probado nuestra fe.

Y eso es lo que hace Dios prueba nuestra fe, si nos enojamos con Dios porque nos pasa algo malo quiere decir que no tenemos ni sentimos realmente fe ante Dios, pues Él nos probará con nuestra paciencia de saber esperar mientras Él hace su buena voluntad en nosotros. Si Dios nos pone pruebas debemos asumirlas y aceptar su voluntad, solo nuestra confianza en Dios nos permitirá entender su obra y aceptarla en nuestra vida.

Con la paciencia aceptaremos cualquier designio que Dios tenga para nosotros, pues entenderemos que lo que nos sucede es la voluntad de Dios quien recompensará nuestro sacrificio, pero esa espera de la recompensa debe ser una espera paciente, en calma, sin angustia y sin querer apresurar la voluntad de Dios, recuerden hermanos que el tiempo de Dios es diferente al tiempo del hombre.

La palabra de Dios nos habla de la paciencia en muchas ocasiones como la paciencia de Abraham, de Sara, de Job que son muestras de que Dios recompensa la paciencia, pues la paciencia es ejemplo de fe. Otra excelente predica cristiana sobre el don de la paciencia que nos ofrece Dios la encontramos en Santiago 1:2-4: “Hermanos míos, tened por sumo gozo cuando os halléis en diversas pruebas, sabiendo que la prueba de vuestra fe produce paciencia. Mas tenga la paciencia su obra completa, para que seáis perfectos y cabales, sin que os falte cosa alguna”.

Este estudio bíblico nos muestra que la paciencia de esperar que Dios haga en nosotros su obra completa es necesaria para la purificación, pues con paciencia dejaremos que Dios cumpla su voluntad en nosotros y nos perfeccione lo que sea necesario para que nada nos falte el día que Dios decida si somos merecedores del Reino de los Cielos.

Desarrollo:

Dios se toma su tiempo para cada uno de nosotros, Dios tiene un ritmo peculiar según las necesidades del espíritu, por ello debemos demostrar paciencia infinita con Dios a pesar de la pruebas que nos ponga en el camino, pero esta paciencia no es única de nosotros, pues ¿Cuánta paciencia nos tiene Dios a nosotros?, Dios también espera por nosotros, por nuestra conversión, por el cambio de nuestro corazón y nos espera hasta el fin de nuestro días, pues su misericordia es tan grande que hasta el último momento espera porque lo reconozcamos y sintamos su Gloria.

Así que si Dios en tan paciente con nosotros de igual forma debemos ser con Él, podemos enfrentar la crisis que sea en el trabajo, en el hogar, la familia, crisis en el matrimonio pero debemos guardar la fe que todo se va a resolver y tener paciencia para esperar las soluciones.

Otro gran error que cometemos es buscar soluciones rápidas y fáciles a nuestros problemas, caer en la tentación de soluciones inmediatas para volver todo a la normalidad es muy común, como por ejemplo la solución más rápida a una crisis matrimonial es el divorcio y ¿eso está bien frente a los ojos de Dios? Claro que no está bien, porque no somos pacientes, muchos matrimonios han resueltos sus problemas con paciencia y comprensión, esas soluciones fáciles y rápidas son tentaciones del demonio quien se alegra de nuestro sufrimiento.

No cáiganos en soluciones rápidas y engañosas, más vale soluciones pacientes y duraderas, que problemas resueltos de forma instantánea donde podemos ofender o dañar a otras personas, recuerden hermanos que cuando la noche es más oscura es cuando el amanecer está más cerca, quien tiene paciencia muestra su compromiso con Dios, imploremos a Dios sabiduría para entender su voluntad, fuerza para cumplirla y paciencia para esperar su Gloria.

La paciencia no es fácil de conseguir, pues es un don que nos ofrece Dios y que debemos reconocerlo y tomarlo para nuestra vida, cuando te sientas a punto de explotar, de decir malas palabras, de ofender, de hacer algún acto indebido, pidámosle a Dios paciencia, pues ese momento es de prueba donde no podemos confundirnos, no hay espacio para la confusión de la voluntad de Dios.

Conclusión:

Muchos confunden la paciencia del hombre con debilidad, pues el hombre paciente aguanta ofensas, tolera a los demás, considerándose cobarde, pero no es así, quien tolere humillación en nombre de Dios será recompensado, debemos atrevernos a pedirle a Dios paciencia, para que Dios haga su obra en nosotros debe llenar de paciencia nuestra mente y nuestro corazón, Dios edifica nuestras vidas y nos hace cada días más fuertes con sus pruebas, no desmayemos en superar cada una de ellas.

El mensaje cristiano es que la paciencia es un tesoro, una riqueza, es una de las mejores cualidades que Dios nos regala, ya que non imprime esperanza, así que con audacia, fe y valentía pidámosle a Dios la paciencia necesaria para esperar su Gloria, para demostrar nuestra fe y para saber aceptar sus decisiones, ya que solo esa paciencia nos conducirá a la vida eterna, pues dejemos que Dios construya en nosotros un espíritu puro y bueno para así lograr ser merecedores del Reino de Dios.

C. Condenación. Mateo 5: 22

Ya vimos que Dios condena a todo aquel que insulte a su prójimo. Así que ante esta verdad, tenemos la opción de seguir igual o cambiar de rumbo.

IV. EL EFECTO SOBRE LOS DEMÁS

A. Levanta barreras

A nadie le gusta recibir insultos ni injurias ya que esto genera distanciamiento de la persona agresora.

B. Es un punto de partida para la enemistad

Si la persona ofendida responde con otros insultos, se da inicio entonces a una enemistad que podría desembocar en consecuencias peores.

C. Mal testimonio

Para un cristiano debe ser importante su testimonio. No se trata de vivir pendientes de lo que digan de nosotros, no. Se trata de hablar de Jesucristo con nuestra propia conducta. No es fácil convencer a otras personas con nuestras palabras cuando nuestros actos no nos respaldan. Las groserías e insultos no son propias de un cristiano y pueden ser un obstáculo para poder ganar a las personas para Cristo.

V. ¿QUÉ DEBERÍAMOS HACER?

A. Bendecir y no maldecir

La Biblia enseña que debemos bendecir aun a nuestros enemigos. I Pedro 3: 9.

B. La blanda respuesta. Proverbios 15: 1.

En algún momento de nuestra vida puede que nos enfrentemos a situaciones conflictivas en las que se acelera el pulso y la adrenalina se segrega por todo nuestro cuerpo. Pero como se trata de considerar lo que debemos hacer ante situaciones donde hay propensión a insultar, pues aquí un consejo del sabio Salomón: La blanda respuesta.

La lengua puede acrecentar un fuego y convertirlo en un incendio abrasador. Pero también puede servir como un bálsamo que apacigüe los ánimos. Así que aquí está un sabio consejo: usar la lengua para calmar, para tranquilizar y para ser pacificadores.

C. Pedir perdón

Naturalmente, habrá momentos en los que erremos y malas palabras salgan de nuestra boca. Sea que éstas vayan dirigidas a alguien para ofenderlo o no, igual lastimaremos el corazón de Dios y contristaremos su Espíritu. Por lo cual, si lo que queremos es estar en paz con Dios (100% recomendado sobre cualquier otra alternativa), pidamos perdón a nuestro prójimo ofendido –cuando así haya sido-, y a Dios. Luego de esto, sentiremos cómo una gran carga cae de sobre nuestros hombros y experimentaremos Su paz.

Conclusión

Estimado lector de estos estudios bíblicos, ante todo, gracias por tomarse unos minutos para leer un mensaje de la palabra de Dios.

Recuerde que la moral divina está sobre cualquier cultura. No importa si en el colegio o la universidad nos enseñan que las groserías y vulgaridades hacen parte de las manifestaciones propias de una comunidad, Dios dice que bendigamos y no maldigamos y eso es lo que un verdadero cristiano debe entonces obedecer.

Si por alguna razón usted ha insultado a alguien, proceda a pedir perdón. De esta forma agradará a Dios y usted sentirá una paz maravillosa, esa paz que nuestro mundo necesita para salir de tantos conflictos que cobran incluso vidas inocentes.

El acercarnos a Dios será el mejor combate contra ese órgano que es capaz de grandes tragedias.

Bendiciones.

Fuente: Biblia

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