«…Cada uno hacía lo que bien le parecía»(Jueces 17:6)
El mundo en el cual vivimos hoy es, sin lugar a dudas, un mundo donde cada individuo se siente con la libertad de pensar y hacer lo que mejor le parezca.
Hay libertad de pensamiento y libertad de conducta. Y aunque existen leyes que controlan el comportamiento de las personas con el fin de producir una convivencia segura, muchas personas pasan por alto esas leyes y viven y se comportan como les da la gana.
El verdadero cristiano por su parte, no debe conducirse de la manera del mundo, sino que su comportamiento debe ser ejemplar y centrado en aquello que Dios ha dejado establecido en su Palabra.
Existen tres áreas en las cuales el cristiano va a tener que probar su conducta y mantenerse íntegro para de esta forma agradar a Dios y ser bendecido por ello. Estas tres áreas son: 1) La familia espiritual; 2) La familia física; 3) El mundo.
¿Cómo debemos comportarnos en estas tres áreas?
1) Familia espiritual.
«Amaos los unos a los otros con amor fraternal; en cuanto a honra, prefiriéndoos los unos a los otros»(Romanos 12:10) Nuestro comportamiento entre hermanos en Cristo debe ser de amor mutuo, amor fraternal. La palabra «fraternal»se refiere al afecto y la confianza entre hermanos. Esto significa que el amor fraternal es un amor de confianza. El mismo versículo habla también de honra. Debemos honrar a nuestros hermanos, sin fijarnos ni en su condición física, ni social, ni económica, desde el respeto que merecen como personas y como hijos de Dios. Otra conducta entre hermanos se muestra en el versículo 13 donde dice: «Compartiendo para las necesidades de los santos; practicando la hospitalidad». No podemos cerrar nuestros ojos a las necesidades del hermano, ya sean éstas físicas, o espirituales. Con respecto al hospedaje, tampoco debemos cerrar nuestro hogar si necesita cobijo en un momento determinado.
Una tercera conducta entre hermanos o cristianos la encontramos en el versículo 16 donde leemos: «Unánimes entre vosotros…»La palabra unánimes indica unidad. La unidad entre hermanos es vital porque en ella se origina poder para vencer cualquier obstáculo que se presente. Lo triste es ver que muchas iglesias o congregaciones están ellas mismas fracmentadas en pequeños grupos.
Hay grupitos que se forman tal vez entre hermanos de mayor edad, entre jóvenes, entre líderes, o sólo entre los que mejor te caen. Todos los miembros de una congregación deben tener relación y estar unidos en amor.
2) La familia física.
La segunda área de comportamiento se da entre nuestra familia carnal o de sangre. Esta familia física está compuesta principalmente por un padre, una madre, y por los hijos. Ésta es la llamada «familia tradicional» y es el modelo establecido por Dios para el hombre. ¿Cómo debe comportarse cada miembro de dicha familia según el diseño de Dios?
Comenzaremos por el comportamiento de la madre o la esposa.
«Asímismo vosotras, mujeres, estad sujetas a vuestros maridos; para que también los que no creen a la palabra, sean ganados sin palabra por la conducta de sus esposas.»
Lo primero que el versículo dice con respecto a la esposa, es que ésta debe estar sujeta a su esposo. Ahora bien ésta sujeción de la que se habla, de ninguna manera es esclavitud. La sujeción de la que habla la Biblia en relación a la esposa con el esposo es, básicamente, dejar que el esposo asuma la dirección de la familia, que él tome las decisiones importantes porque para eso fue puesto como cabeza del hogar. De esta manera la mujer es liberada de este gran peso de la responsabilidad familiar principal, para centrarse en su papel de madre y organizadora del hogar.
Con respecto a la conducta del esposo, en Efesios 5:25 leemos: «Maridos, amad a vuestras mujeres, así como Cristo amó a la iglesia, y se entregó asimismo por ella».Dios ordena a los esposos amar a sus esposas como Cristo amó a la iglesia. Esto nos lleva a preguntarnos..¿Y cómo amó Cristo a la iglesia? Sin lugar a dudas, Cristo la amó hasta la muerte. Esta es la forma que los maridos deben amar a sus esposas. Ellos deben estar dispuestos a dar su vida por ellas. No es sólo proveerlas física y materialmente. El amor del esposo debe dar mucho más hasta el punto de poner a su esposa por encima de él y de sus necesidades.
Y por último tenemos dentro del hogar, la conducta que deben tener los hijos. Con respecto a esto Efesios 6:1-3 nos dice: «Hijos, obedeced en el Señor a vuestros padres, porque esto es justo. Honra a tu padre y a tu madre, que es el primer mandamiento con promesa; para que te vaya bien, y seas de larga vida sobre la tierra».La conducta correcta que debe tener un hijo dentro del hogar incluye obedecer y honrar a los padres. Con respecto a la obediencia de la cual la Palabra habla, ésta será siempre cuando no interceda o contradiga la voluntad de Dios. Siempre la voluntad de Dios estará por encima de la voluntad del hombre. Con respecto a la honra hacia los padres, ésta debe mantenerse durante toda la vida, no sólo mientras los hijos vivan dentro del hogar. La honra incluye respeto hacia la persona de los padres, aunque estos sean difíciles o sufran en sus últimos años alguna enfermedad mental degenerativa. Cuando los hijos cumplen sus deberes hacia los padres, sus vidas son bendecidas por Dios con largura y calidad de vida.
3) El mundo. ¿Cuál debe ser la conducta del cristiano en el mundo?
«No paguéis a nadie mal por mal; procurad lo bueno delante de todos los hombres. Si es posible, en cuanto dependa de vosotros, estad en paz con todos los hombres. No os venguéis vosotros mismos, amados míos, sino dejad lugar a la ira de Dios; porque escrito está: Mía es la venganza, yo pagaré, dice el Señor. Así que, si tu enemigo tuviere hambre, dale d comer; si tuviere sed, dale de beber; pues haciendo esto, ascuas de fuego amontonarás sobre su cabeza. No seas vencido de lo malo, sino vence con el bien el mal.»(Romanos 12:17-21)
Muchos son los deberes de conducta del cristiano con el mundo. Aquí sólo hemos expuesto unos pocos. Entre ellos hemos leído de no pagar con la misma moneda, sino pagar con una moneda de mayor valor, en el sentido espiritual. Cuando alguien nos causa un mal y nosotros en lugar de pagarle con lo mismo, le pagamos con un bien, le estamos pagando con una moneda de mayor valor.
Nuestra obligación también es estar en paz con todos, mientras dependa de nosotros. No somos hijos de ira, sino hijos de paz. Tampoco debemos vengarnos, lo cual es muy común en estos días. Más bien debemos esperar la venganza de parte de Dios, el cual dará el pago de sus obras a cada uno. También se nos pide ayudar al prójimo aunque éste sea nuestro enemigo. La frase que sigue en el versículo 20:»Pues haciendo esto, ascuas de fuego amontonarás sobre su cabeza» de ninguna manera significa que haciendo bien a nuestros enemigos acabaremos destruyéndoles, sino todo lo contrario. En los tiempos bíblicos, para fundir metales se introducía el mineral en un horno, con una capa de brasas encima y otra debajo. El calor de arriba ayudaba a fundir el metal y a separarlo de las impurezas. En nuestro caso, colocamos brasas ardientes sobre la cabeza de un enemigo cuando lo tratamos con bondad, para derretir su corazón de hierro y dejar que afloren sus buenas cualidades. Se hace bien a nuestros enemigos no para destruirlos, sino para que ellos, por causa del bien que reciban, sean movidos a dejar el mal hacia nosotros y se arrepientan por ello.
Hasta aquí hemos estado viendo la conducta de un verdadero cristiano con respecto a su familia espiritual, física, y con el mundo en general.
Tal vez no nos demos cuenta la importancia tan grande que tiene el llevar una conducta correcta en nuestra vida. La conducta correcta trae bendiciones de Dios y nos coloca en un nivel espiritual superior donde vamos avanzando paso a paso para recibir todas aquellas promesas que Dios dejó establecidas en su Palabra para los que le obedecen.
Yo te invito a analizar hoy tu conducta en estas tres áreas expuestas y atreverte a hacer los cambios necesarios que te llevarán a una mayor calidad de vida en todos los sentidos.
Fuente. Compartiendo Biblia