Cómo alejarte de lo que te aleja de Dios
Muchos podrán hacerse esta pregunta:
¿Realmente habrá algo que nos pueda alejar de Dios? ¿Acaso la Biblia no nos enseña que nada nos podrá separar del amor de Dios que es en Cristo Jesús?
Como respuesta a esto, debo decir que cierto es que nada nos podrá separar de manera total y permanente del amor de Dios, y también tenemos su gran promesa de que estaría con nosotros todos los días hasta el fin del mundo; pero sí hay según la Palabra de Dios, el riesgo de que nos alejemos de aquello que representa vivir en comunión con Dios, vivir haciendo su voluntad y vivir disfrutando de sus bendiciones.
Veamos lo que dice la Palabra de Dios al respecto en Hebreos 3:12-13
Mirad, hermanos, que no haya en ninguno de vosotros corazón malo de incredulidad para apartarse del Dios vivo; antes exhortaos los unos a los otros cada día, entre tanto que se dice: Hoy; para que ninguno de vosotros se endurezca por el engaño del pecado.
Debemos tener cuidado con el pecado, ya que siempre resulta engañoso.
Gálatas cap. 1: 6 dice:
Estoy maravillado de que tan pronto os hayáis alejado del que os llamó por la gracia de Cristo, para seguir un evangelio diferente.
Este versículo nos enseña, que los Gálatas habían conocido el Evangelio verdadero, pero se estaban alejando de el.
Isaías cap. 29:13 dice:
Dice, pues, el Señor: Porque este pueblo se acerca a mí con su boca, y con sus labios me honra, pero su corazón está lejos de mí, y su temor de mí no es más que un mandamiento de hombres que les ha sido enseñado.
Este versículo enseña que había personas alejadas de Dios aunque con sus labios le profesaban honra y gloria.
Una pregunta, ¿Realmente no importa alejarse de Dios?
En San Juan cap. 15:5 el Señor dice:
Porque separados de mí nada podéis hacer.
Ahora veamos lo siguiente:
¿Cómo conocer a una persona cuando se está alejando de Dios?
El principal síntoma que se experimenta al estar alejándose de Dios es la pérdida de la sensibilidad.
Cuando comenzamos a alejarnos de Dios, comenzamos a perder toda nuestra sensibilidad hacia Él; esto significa, que comienza a desaparecer aquello que te mantiene obediente, temeroso y siempre deseoso de servir al Señor.
Cuando comenzamos a alejarnos de Dios, dejamos de darle importancia a la oración, a la meditación de la Palabra de Dios y a la comunión los unos con los otros.
Cuando nos estamos alejando de Dios, dejamos de sentir tristeza y dolor al fallarle a Dios, y por el contrario, comenzamos a deleitarnos en lo le es desagradable.
Esto resulta lamentable, pero el propósito de este mensaje es que sepas qué hacer si te encuentras en esta situación.
A continuación te diré lo que debes hacer si te estás alejando de Dios:
Primero, debemos confesar nuestros pecados a Dios y tener la plena seguridad de su perdón. 1 Juan cap. 1:9 dice:
Si confesamos nuestros pecados, él es fiel y justo para perdonar nuestros pecados, y limpiarnos de toda maldad.
Segundo, debemos convencernos de que todo lo podemos en Cristo que nos fortalece como lo dice Filipenses 4:13.
Tercero, debemos reconocer siempre la presencia de Dios a nuestro lado y eso nos ayudará a corregir nuestro caminar Proverbios 3:5-8 dice:
Fíate de Jehová de todo tu corazón, y no te apoyes en tu propia prudencia. Reconócelo en todos tus caminos, y él enderezará tus veredas. No seas sabio en tu propia opinión; teme a Jehová, y apártate del mal; porque será medicina a tu cuerpo, y refrigerio para tus huesos.
Oh! qué maravillosa Palabra, reconócelo en todos tus caminos y el enderezará tu caminar.
Cuarto y último, te sonará un poco extraño pero es Bíblico: Debemos huir.
Debemos huir de lo que nos aleja de Dios y este Consejo aparece de manera repetitiva en la Biblia.
Huir significa: Alejarse precipitadamente de un lugar o de una persona para evitar un daño o un peligro; en otras palabra, ¡corre! y aléjate de lo que te aleja de nuestro Dios; toma la distancia necesaria y apártate de ello, no te será fácil, pero debes hacerlo si quieres vivir una vida en obediencia, en amor y servicio a nuestro Dios.
Veamos los textos Bíblicos 1 Corintios 6:18 dice:
Huid de la fornicación. Cualquier otro pecado que el hombre cometa, está fuera del cuerpo; mas el que fornica, contra su propio cuerpo peca.
Si este es tu caso, huye pronto de la fornicación porque esto te aleja del Señor.
1 Corintios 10:4 dice:
Por tanto, amados míos, huid de la idolatría.
No permitas jamás que nada se interponga en tu relación con Dios.
El apóstol Pablo le escribe al joven Timoteo lo siguiente: Huye también de las pasiones juveniles y sigue la justicia, la fe, el amor y la paz con los que de corazón limpio invocan al Señor.
Volvamos a la casa del Padre como lo hizo el hijo pródigo, Dios tiene preparada fiesta para nuestra llegada, sin Dios nada podemos hacer que perdure por la eternidad.
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Fuente: Oidores y Hacedores