Por muchos siglos, ciertos cristianos han pensado que Cristo Mesías vino a abolir la Ley, y para justificar esto hacen uso de Romanos 10:4 que dice «porque el fin de la ley es Cristo».
En esta ocasión estudiaremos este versículo en su contexto bíblico e histórico.
Como creyentes, creemos que la Biblia es la palabra de nuestro Creador, de nuestro Dios. Por lo tanto, no puede tener contradicciones. Si realmente Romanos 10:4 dice que Cristo es el fin de la Ley, entonces tenemos un problema teológico bastante grave. ¿Por qué? Porque contradice abiertamente las mismas palabras de nuestro Mesías en Mateo 5:17:
«No penséis que he venido para abrogar la ley o los profetas; no he venido para abrogar, sino para cumplir.»
No obstante, muchos cristianos leen y dicen que Cristo cumplió la Ley para que nosotros no tengamos que cumplirla, pero si leemos el siguiente versículo (18) nos damos cuenta que la ley no sería abolida.
«Porque de cierto os digo que hasta que pasen el cielo y la tierra, ni una jota ni una tilde pasará de la ley, hasta que todo se haya cumplido.»
Son las propias palabras de nuestro Mesías que claramente nos dicen que Él no vendría a abrogar o a quitar la ley. Sin embargo, a pesar de la claridad de las palabras de nuestro Mesías, muchos cristianos dicen que él cumplió todo cuando él murió en el madero y por lo tanto Romanos 10:4 sí significa que Cristo es el fin de la ley.
Tenemos otro problema con esta línea de pensamiento y es el siguiente: ¿Cómo es posible que nuestro mismo Mesías use la misma Ley que «supuestamente» está abolida para juzgar en el día del juicio?
Leamos Mateo 7:22-23: «Muchos me dirán en aquel día: Señor, Señor, ¿no profetizamos en tu nombre, y en tu nombre echamos fuera demonios, y en tu nombre hicimos muchos milagros? Y entonces les declararé: Nunca os conocí; apartaos de mí, hacedores de maldad.»
Si la Ley terminó con Cristo, ¿cómo es posible que en el día del Juicio, Cristo, nuestro Mesías use esta misma Ley para juzgar a las personas?
Como ven, es imposible que Romanos 10:4 signifique que Cristo es el fin de la Ley, ya que nuestro mismo Mesías nos deja saber tres cosas:
- Que él no vino abolir la Ley.
- Que nada pasará de la Ley hasta que todo se haya cumplido.
- Él mismo juzgará con la Ley de Dios en el día del Juicio.
Entonces, ¿qué quiso decir el Apóstol Pablo cuando dijo «El fin de la ley es Cristo»?
Es fácil, sólo tenemos que ver en el diccionario STRONG la palabra en griego traducida como «fin».
La palabra en griego es TELOS, que significa: fin o propósito. Como vemos, la palabra TELOS en griego no tiene exclusivamente el significado de fin, sino también el de meta.
El problema está en que cuando los cristianos leen «Porque el fin de la Ley es Cristo», entienden la palabra fin como terminación en vez de como propósito.
Ahora leamos el mismo versículo sustituyendo la palabra «fin» por la palabra «propósito»: «porque el propósito de la Ley es Cristo».
Como vemos, esta palabra está en mejor sincronía con las palabras y las enseñanzas de nuestro Mesías, ya que Él mismo nos dice que debemos guardar la Ley de Dios, conocida como Ley de Moisés.
Leamos Mateo 23:1-3: «Entonces habló Jesús a la gente y a sus discípulos, diciendo: En la cátedra de Moisés se sientan los escribas y los fariseos. Así que, todo lo que os digan que guardéis, guardadlo y hacedlo; mas no hagáis conforme a sus obras, porque dicen, y no hacen.»
Otro dato interesante en el que tenemos que meditar es que, en el tiempo de los Apóstoles, lo único que ellos consideraban como Palabra de Dios era la Ley y los Profetas. Entonces, ¿cómo es posible que el Cristianismo del s. XXI considere la Ley y los Profetas como abrogados o abolidos, siendo que en el s. I eran considerados la Palabra de Dios?
Ahora tenemos que hacer una diferencia entre la Ley de Dios y la Ley Judía.
La ley Judía eran mandamientos y tradiciones creados por los mismos judíos, que eran tan importantes (para ellos) como los mandamientos de Dios. Y es aquí donde muchos cristianos se confunden. La ley Judía también era conocida como las «Obras de la Ley».
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