Para algunos guerreros de la oración, hablar con Dios es igual de fácil que respirar. Cuando les preguntan como lo hacen, responden: “Simplemente rezo.” Desafortunadamente, eso es tan útil como que John McEnroe diga “Simplemente le pego la pelota,” cuando le piden algunos consejos para jugar tenis.
Elija un lugar específico y lejos de distracciones cuando ore para que se pueda concentrar. Si hay teléfonos sonando y niños llorando, su “tiempo de silencio” podría arruinarse antes de haber comenzado.
- Si es posible, ore a la misma hora todos los días. Hágalo parte de su rutina diaria y poco a poco se convertirá en una costumbre. Anote este tiempo en su agenda y tómelo como una cita diaria.
- Ore en voz alta. Mucha gente puede rezar en voz baja o en la mente por periodos extendidos sin perder intensidad; pero para muchos de nosotros rezar de esa manera es una receta para dormirnos.
- Tenga un cuaderno cerca para que pueda escribir diferentes cosas que le vengan a la mente mientras que usted está con el Señor. De vez en cuando se le vendrán excelentes ideas totalmente sin relación alguna sobre lo que está orando. Si usted las anota, podrá volver rápidamente al punto donde se quedó sin distraerse mucho.
- Haga una lista para mantener un registro de las cosas por las que necesita orar. Puede hacerlo de varias maneras. A las cosas que necesiten oración podría darles categorías como “iglesia,” “familia” o “amigos no salvados”. O podría escribirlas de acuerdo al día de la semana. Cada día usted puede orar por diferentes necesidades. También podría incluir una oración a diario para diferentes áreas de la sociedad que tienen influencia tremenda en la trayectoria de su país. Estas siete categorías incluyen 1) la iglesia y religión, 2) la familia y el hogar, 3) los medios de comunicación, 4) el gobierno, 5) la educación, 6) los negocios y el comercio, y 7) las artes y el entretenimiento.
- Ore en sus tiempos libres. Aquellos que manejan para ir al trabajo pueden usar ese tiempo para platicar con el Señor en lugar de gritarle a los conductores (¡pero no cierre los ojos al orar!). Las amas de casa ocupadas pueden combinar oraciones con labores domésticas, especialmente si la tarea no requiere de mucha concentración. Los corredores, nadadores y ciclistas pueden usar su tiempo de entrenamiento para orar. Algunas veces mis mejores tiempos con el Señor han sido pláticas durante caminatas o corridas a lo largo de la playa.
- Cambie el ritmo durante su oración. Incluya alabanza, agradecimiento, cantos así como peticiones. Pase un poco de su tiempo reflexionando sobre las Escrituras, medite sobre ellas y digiriendo su significado.
- Mantenga un diario de oración. Le presento dos variantes de esta idea. La primera es registrar las cosas por cual usted ha orado y cuando fue que oró. Deje un espacio en blanco para que luego escriba la respuesta que recibió. Esto le ayudará a mantenerse alerta a las respuestas de Dios para que le agradezca inmediatamente. De vez en cuando las respuestas llegan por la puerta trasera y no deseará que se le pasen desapercibidas. La segunda es escribir la oración entera en su diario. Escríbale una carta personal al Señor diariamente. En lugar de “Querido Diario” escriba “Querido Señor”.
- Ore con alguien. Aunque algunas oraciones solamente pueden ser expresadas en soledad, habrá veces que usted querrá unirse con otra persona para orar juntos. Si usted se compromete a reunirse regularmente, esta rutina le ayudará a desarrollar regularidad. Estas citas de oración pueden convertirse en eventos poderosos que cambien su vida.
- Exprese su oración en una sola frase. Si la idea de elaborar un tema le cansa, rece oraciones cortas, pero sinceras. Una o dos frases pueden ser todo lo necesario para abarcar un tema. Si es así, pase al siguiente tema sin sentirse culpable por su brevedad.
7 Cosas por cuales Orar
Además de seguir las sugerencias anteriores, aquí hay ideas adicionales que le ayudarán. En la primera parte de su diario de oración escriba tres o cuatro promesas de las Sagradas Escrituras que tenga que ver con la oración. Léalas antes de comenzar para que le den ánimo. Comience sus oraciones con un salmo, enfoque su mente y corazón en el Señor. Cuando ore sobre los temas de su lista de oración de ese día, también ore por las cosas que tiene que hacer ese día. Puede rezar por cosas que estén en su corazón aunque no estén escritas en su lista diaria. Asegúrese que su tiempo de oración también incluya algunas cosas específicas por las cuales Dios nos pide que recemos en su Palabra. A continuación, hay unos ejemplos.
1. Ore por la cosecha.
“La cosecha es abundante, pero son pocos los obreros —les dijo a sus discípulos—. Pídanle, por tanto, al Señor de la cosecha que envíe obreros a su campo.” (Mateo 9:37-38)
2. Ore por los líderes locales y nacionales del gobierno.
“Así que recomiendo, ante todo, que se hagan plegarias, oraciones, súplicas y acciones de gracias por todos, especialmente por los gobernantes y por todas las autoridades, para que tengamos paz y tranquilidad, y llevemos una vida piadosa y digna.” (1 Timoteo 2:1-2)
3. Ore para que Dios abra puertas para el ministerio de la Palabra.
“Dedíquense a la oración: perseveren en ella con agradecimiento y, al mismo tiempo, intercedan por nosotros a fin de que Dios nos abra las puertas para proclamar la palabra, el misterio de Cristo por el cual estoy preso” (Colosenses 4:2-3)
4. Ore por aquellos que le han maltratado. Perdónelos.
“bendigan a quienes los maldicen, oren por quienes los maltratan.” (Lucas 6:28)
“Así también mi Padre celestial los tratará a ustedes, a menos que cada uno perdone de corazón a su hermano.” (Mateo 18:35)
5. Ore para que usted no cometa ninguna maldad.
“Pedimos a Dios que no hagan nada malo, no para demostrar mi éxito, sino para que hagan lo bueno, aunque parezca que nosotros hemos fracasado.”(2 Corintios 13:7)
6. Ore para que su amor abunde hacia todas las personas.
“Esto es lo que pido en oración: que el amor de ustedes abunde cada vez más en conocimiento y en buen juicio.”(Filipenses 1:9)
7. Ore para que todo su espíritu, mente y cuerpo sea preservado irreprochable.
“Que Dios mismo, el Dios de paz, los santifique por completo, y conserve todo su ser —espíritu, alma y cuerpo— irreprochable para la venida de nuestro Señor Jesucristo.” (1 Tesalonicenses 5:23)
Fuente: Evidencias para la Fe
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