Vivir la felicidad que nos ofrece Cristo

Hoy continuamos con nuestro estudio de la Carta a los Filipenses en la serie: “Regocíjense”.

Este mensaje lo hemos llamado “Cómo mantener el gozo: el evangelio es primero”. Estaremos estudiando los versículos del 12 al 14 del capítulo 1 de esta extraordinaria carta.

En este mensaje aprenderemos cómo el gozo en nuestras vidas puede ser constante y permanente cuando nuestro enfoque es el correcto. Veamos lo que Pablo tiene que enseñarnos en estos tres versículos.

Leamos Filipenses 1.12–14, RVC: 12Quiero que sepan, hermanos, que lo que me ha sucedido más bien ha servido para el avance del evangelio, 13de tal modo que mis encarcelamientos por Cristo se han hecho evidentes en todo el pretorio, y a todos los demás. 14Con mis encarcelamientos, la mayoría de los hermanos ha cobrado ánimo en el Señor, y más y más se atreven a hablar la palabra sin temor.

DESENFOCADOS

Uno de los grandes problemas que nos afecta a los seres humanos es el problema de las distracciones. Ser distraídos ha acarreado malos resultados en los estudios, en el trabajo, en los negocios, en el hogar y también en la iglesia. Incluso, ser distraídos hasta ha provocado la muerte de personas: accidentes de tránsito, disparos accidentales, personas ahogadas, etc.

Las distracciones logran que nos desenfoquemos. Nos hacen perder de vista lo más importante. Esas distracciones y desenfoques pueden traer muchos problemas a nuestras vidas: frustración, angustia, dolor, confusión, envidias, celos, apatía, indiferencia, frialdad, desinterés, olvido; pecado.

EL ENFOQUE DE PABLO

Pablo tenía un enfoque que es el ideal para todo cristiano. Pablo tenía una perspectiva de la vida completamente Cristo-céntrica. Él no está “chillando” (lloriqueando) en medio de su situación.

No se queja de los que lo critican estando él encerrado en la cárcel o de las cosas que le han pasado. Él está en la cárcel, pero puede regocijarse.

La mayor preocupación, el gran enfoque de Pablo era la proclamación del evangelio. Esa era su mayor concentración. A él le importaba que Cristo fuera predicado. Ese era su mayor interés. Nada en absoluto lo distraía.

En medio de las situaciones difíciles y duras el evangelio avanza y Cristo es conocido. Pablo se regocija con esto. Él está lleno de gozo. Él está lleno de entusiasmo. Pablo nos enseña que la clave para mantener el gozo es simple: Mantente enfocado en Jesús. Haz del evangelio el foco de tu vida y tu ministerio.

¿Está siendo predicado el evangelio? Regocíjate. ¿Es Jesús Señor y Rey? Regocíjate. ¿Lo conoces? Regocíjate. ¿Es Cristo tu Salvador? Regocíjate. ¿Estás pasando por problemas (“clavos”)? Regocíjate. ¿Estás sano? Regocíjate. ¿Estás enfermo? Regocíjate. ¿Tienes dinero? Regocíjate. ¿No tienes dinero? Regocíjate.

¡Regocíjense! Gócense cualquiera que sea su situación.

La vida puede ser dura, pero cuando mantenemos el enfoque en Cristo, tenemos razones suficientes para reír, gritar y cantar.

Pablo estuvo batallando con los que lo criticaban. Personas de la “misma iglesia” que lo envidiaban. Pero, en los Filipenses, sus ojos estaban fijos en la gloria de Cristo. Debemos mantener nuestros ojos en Él también.

No te preocupes demasiado por lo que otros dicen y hacen. No nos desgastemos tratando de estar a la altura de la iglesia o el ministerio de otra persona. La comparación es un enemigo de la alegría. Distrae innecesariamente y, puede llevarte a la desesperación o al orgullo, y quitar tus ojos del Rey. Sigue el ejemplo de Pablo. Enfócate en Cristo y atesora Su gloria sobre todas las cosas.

Veamos entonces cómo Pablo mantiene su gozo como consecuencia de su enfoque principal de toda su vida.

EL EVANGELIO ES PRIMERO

El evangelio era lo primero para Pablo.

Él escribe en el versículo: “Quiero que sepan, hermanos, que lo que me ha sucedido más bien ha servido para el avance del evangelio”.

Pablo, a pesar de las circunstancias tan “negativas” en su vida, sigue lleno de entusiasmo.

Pablo sigue enfocado, no ha perdido el gozo. Hay una única causa para perder el gozo. ¿Cuál es esa causa? Es el pecado. El pecado es el ladrón del gozo. El pecado nos hace gritar igual que el salmista: “Devuélveme el gozo de tu salvación”. Después de eso, nada deberá robarnos el gozo, incluyendo las circunstancias.

Veamos esto: El carácter espiritual de una persona, su fuerza espiritual y su madurez espiritual pueden medirse según lo que le roba el gozo.

En cualquier punto donde tu alegría se termina, ese es el nivel de tu fortaleza y madurez espiritual. Puedes descubrir cuán maduro eres, cuán controlado por el Espíritu estás. Según el punto donde pierdes la alegría y, la amargura, el negativismo, el espíritu crítico, y la maldad comienzan a invadirte y a tomar control de tu vida.

La medida de tu alegría es cómo reaccionas a las cosas que no están saliendo de la manera en la que a ti te gustaría. Hoy hay un gran recordatorio para nosotros. Es un recordatorio muy famoso:

33Estas cosas les he hablado para que en mí tengan paz. En el mundo tendrán aflicción; pero confíen, yo he vencido al mundo.»” Juan 16.33, RVC

Es una realidad que olvidamos muchas veces. Es una promesa de Jesús: “En el mundo tendrán aflicción”. Ninguno de nosotros puede escapar de esa realidad. Recordemos que el Señor tiene grandes propósitos en nuestra aflicción, en nuestras pruebas y dificultades, y uno de esos propósitos no es quitarnos el gozo.

La clave para mantener el gozo es tener un enfoque, no distraerse, rendirse al Espíritu de Dios y no dejarse vencer por la dificultad.

LA MISIÓN DE DIOS SE ESTÁ CUMPLIENDO

El enfoque de pablo es este: La misión de Dios se está cumpliendo. Dios está trabajando en medio de la adversidad.

Pablo dice: “Lo que me ha pasado ha servido para el avance del evangelio”.

Aquí tenemos a un hombre que ha experimentado muchísimas cosas duras en su vida: Cárcel, azotes, naufragios, lapidaciones, amenazas, asaltos, calumnias, envidias, falsas acusaciones, etc.

No sabemos si Pablo se refiere a todo lo que ha sufrido durante su vida o a lo que actualmente está sufriendo en Roma cuando escribe la carta. Lo que sí es cierto es que ha servido para el “avance” del evangelio. En el Griego esta palabra significa progreso. Se usaba para referirse a un grupo militar que se abre paso entre la selva y el monte y que avanza con lentitud y gran esfuerzo.

La oposición forma parte de esta clase de progreso. Pablo sabía que la oposición venía de Satanás a través de: Los romanos y, los judíos inconversos.

Pablo no se lamentaba, no se resentía ni se quejaba de sus sufrimientosLos consideraba parte de su ministerio. Él estaba dispuesto a pagar ese precio porque sabía que Dios usaría sus pruebas como un medio para el avance del evangelio.

Algo similar le sucedió a un predicador llamado Juan Bunyan, quien era un puritano de Inglaterra. Su predicación era poderosa y reconocida. A los líderes de la Iglesia de Inglaterra del siglo XVII les resultaba muy molesta por lo que lo encarcelaron para poder silenciarlo. Él se negó a callar, empezó a predicar en el patio de la cárcel. Allí no solo tuvo buena audiencia entre los presos, también cientos de personas de esa ciudad y sus alrededores se acercaban todos los días a escuchar desde afuera la enseñanza de las Escrituras.

Lo silenciaron poniéndolo en un profundo calabozo de la cárcel, y le prohibieron predicar. Pero aún en ese silencio, habló con muchísima más fuerza y a más personas de lo que hubiera podido imaginar. Fue durante ese tiempo que escribió “El progreso del peregrino”, el gran clásico cristiano que ha anunciado el evangelio a millones de personas en todo el mundo. Durante varios siglos fue el libro más leído y traducido en el mundo después de la Biblia. Los opositores de Bunyan pudieron detener su predicación unos pocos años, más no frenar su ministerio. Más bien, facilitaron la expansión de su ministerio desde las profundidades de una cárcel en una pequeña ciudad hasta los confines de la tierra.

El enfoque de Juan Bunyan, al igual que Pablo fue vivir y predicar el bendito evangelio de Jesucristo.

Si tan grandes sufrimientos no los distrajeron, nada sería capaz de distraerlos entonces.

Pablo hubiera podido decirles a sus opositores lo mismo que José les dijo a sus hermanos cuando lo vendieron como esclavo:

8Así que no son ustedes quienes me mandaron acá, sino Dios, que me ha puesto como padre del faraón y señor de toda su casa, y como gobernador de toda la tierra de Egipto.” Génesis 45.8, RVC

20Ustedes pensaron hacerme mal, pero Dios cambió todo para bien…” Génesis 50.20, RVC

Otros santos de Dios corroboran esta verdad: Job a quienes lo “reconfortaban”. Ester a Amán, a quien se le voltearon los planes para matar a los judíos. Jeremías a los falsos profetas. El apóstol Juan a quienes lo exiliaron en Patmos.

El Señor puede transformar los intentos de frenar su Reino en instrumentos para su progreso.

La obra suprema de Dios de utilizar los planes malvados del hombre y Satanás para llevar a cabo sus propósitos divinos fue la redención de Su Hijo. La cruz es la máxima expresión de la transformación del mal en el bienestar eterno de todos aquellos que creen en Jesús. Con su muerte y resurrección, Jesucristo venció el pecado y la muerte, derrotó a Satanás y ofrece la salvación para siempre a todos los que se arrepienten de sus pecados y se vuelven a Él con una fe sincera.

Este era el enfoque supremo de Pablo: El progreso del glorioso evangelio.

Las maravillosas buenas noticias de que Dios salva pecadores a través de la vida, muerte y resurrección de Jesucristo para perdón de pecados a través del arrepentimiento y fe en Jesús.

LA GENTE ESTÁ ESCUCHANDO EL EVANGELIO

Mientras Pablo estaba encarcelado, los guardias escuchaban estas maravillosas noticias del evangelio.

Pablo dice en el versículo 13: “de tal modo que mis encarcelamientos por Cristo se han hecho evidentes en todo el pretorio, y a todos los demás.”

¿Quién se hubiera imaginado que algunos soldados romanos se convirtieran a Cristo?

Si la Iglesia de Roma había orado para que Dios abriera puertas para predicar el evangelio a aquella poderosa guardia pretoriana. Dios en Su soberana sabiduría respondió manteniendo atado a Pablo a los miembros de la guardia pretoriana durante dos años. Diferentes guardias se turnaban para vigilar a Pablo, estaban engrilletados a él todo el tiempo.

Seguramente escuchaban cuando Pablo hablaba con otros el evangelio. O bien, tenían suficiente tiempo para platicar por las noches, y seguramente el apóstol no platicaba sobre:

Las chicas: Si las romanas eran más lindas que las griegas. Temas románticos y despechos. El último trago o la mesa del rincón. Lo último de la moda. Qué gladiador era el mejor y cuál era su favorito. No hablaba sobre lo injusta que era la vida al estar sufriendo así: “Hay, pobre de mí”. No, su enfoque era la salvación de pecadores a través de conocer a Jesucristo.

Su enfoque era la cruz, no la corona. Su enfoque era el cielo, no la tierra. Su enfoque era lo eterno, no lo pasajero. Su enfoque era Cristo, no él mismo.

Seguramente los guardias se darían cuenta pronto que este extraordinario hombre no estaba preso por cometer un crimen, sino por predicar el evangelio.

No solo escucharon su predicación y enseñanza. También experimentaron su gentileza, su paciencia y perseverancia en medio de gran aflicción, su sabiduría, sus profundas convicciones, su veracidad, su humildad, y su amor y preocupación sinceros por ellos. Ellos sabían que lo habían acusado falsamente en Cesarea. Su mensaje y carácter afectó profundamente a aquellos soldados toscos y duros, pero que eran distinguidos e influyentes.

No se sabe cuántos guardias del pretorio se hicieron cristianos, pero los que se convirtieron llegaron a ser evangelistas. De esta forma fue que algunos miembros de la casa del César (funcionarios del gobierno) se convirtieron al Señor (Fil. 4.22).

Gracias a que un hombre llegó a esa ciudad, no como turista, sino como preso. Aquí vemos la providencia de Dios: En lugar de permitir que este hombre misionero pasara libremente a España. Dios permitió que el misionero cristiano más poderoso fuera encarcelado. Dios hizo que a través del encarcelamiento de Pablo el evangelio fuera conocido en Roma.

Nunca sabemos cómo Dios puede usar el sufrimiento para avanzar el evangelio. Lo mismo podría pasar contigo y conmigo también.

LA GENTE ESTÁ ANUNCIANDO EL EVANGELIO

Ya hemos visto en el informe de Pablo que la misión de Dios se está cumpliendo, la gente está escuchando el evangelio, ahora podemos ver cómo la gente también se atrevió a predicar el evangelio.

Pablo sigue diciendo en el versículo 14: “Con mis encarcelamientos, la mayoría de los hermanos ha cobrado ánimo en el Señor, y más y más se atreven a hablar la palabra sin temor.”

La fiel perseverancia de Pablo no solo añadía nuevos creyentes a la iglesia, sino que también animaba y fortalecía a los cristianos dentro de la iglesiaLa fidelidad y el gozo del apóstol durante su encierro animó a la mayoría de sus hermanos, tanto en Roma como en otros lugares.

Esto significa que antes de que Pablo fuera encarcelado, los hermanos eran temerosos y tímidos. La persecución en contra de esta “secta” aumentaba. Los líderes judíos veían a los cristianos como una amenaza. Los gentiles y paganos también los veían como una amenaza para su religión y estilo de vida.

Con el ejemplo de Pablo, ellos se atrevieron a hablar más y más. Pablo tiene una perspectiva divina. Él entiende que Dios está usando su encarcelamiento para el avance del evangelio. El evangelio estaba avanzando a través de la proclamación de Pablo y por medio de muchos otros que fueron inspirados por el ejemplo de Pablo.

Pablo puso el evangelio por encima de sus ambiciones egoístas y su deseo de comodidad y tranquilidad, él no se estaba volviendo loco. En realidad, él se estaba regocijando y aprovechando al máximo sus oportunidades: Sigamos su ejemplo.

Pablo era un ejemplo de contentamiento, gozo y paz. Esas condiciones de Pablo no se basaban en su comodidad física, posesiones, libertad, gratificación personal, reputación o prestigio. Se basaban por completo en su confianza en su Señor soberano y lleno de gracia, y en su gozo por el progreso del evangelio. Este es su enfoque de toda la vida.

¿Cuál es tu enfoque? O ¿Cuál es tu distracción? ¿Cuál es la perspectiva de tu vida? ¿Cuál es el celular que te está distrayendo? Puede ser literalmente tu celular, pero el celular puede representar otras cosas que te han estado distrayendo. ¿Son los problemas? Cristo dijo que los tendrías, pero con Él la carga es más liviana.

¿Son las consecuencias de tu pecado? Deja tu pecado, no por las consecuencias, sino porque Dios es digno de tu obediencia. Mejor toma a Cristo, Él es un millón de galaxias mejor que el pecado. ¿Son las cosas buenas pero que las hiciste pecaminosas? La TV, tu Smartphone, tu Tablet, los deportes, tus redes sociales. Deja todo eso, hay perdón para ti. Las adversidades son oportunidades de oro para compartir el evangelio. No es casualidad lo que estamos experimentando. Lo negativo, lo doloroso, lo humillante, lo duro y lo difícil que llega a nuestras vidas no es accidente. Dios nos da la oportunidad de avanzar Su Reino.

Vivamos en misión a través de esta soberanía de Dios y experimentemos Su gozo.

¿Qué es lo mejor que podría pasar? Que una alma desdichada y condenada se salve por el gozo que vivimos nosotros en el evangelio a pesar del dolor y la adversidad.

Dios puede usar nuestra perseverancia en medio de cualquier situación, incluyendo la enfermedad u otro sufrimiento.

Que el evangelio sea primero en nuestras vidas: Porque nos ayuda a mantener el gozo. Y, principalmente porque otros podrán conocer el gozo de la salvación en Jesús. ¡Qué glorioso es esto!

¿No es valor lo que necesitamos? ¿Cuántos de ustedes le hablarían el evangelio a un hombre de 75 años que está sentado solo en un restaurante, si supieran que no es cristiano? ¿Te involucrarías en una conversación espiritual con él? ¿Por qué es tan fácil ser valientes en asuntos físicos pero difícil en este asunto espiritual? ¿Por qué somos miedosos cuando se trata de hablar el evangelio? ¿Podría ser porque hay un conflicto más profundo en nuestro interior?

Oremos para tener valor para hacer que otras personas conozcan el evangelio. Pensemos en la aflicción de otros misioneros y oremos para que Dios nos conceda esa valentía para darlo a conocer.

CONCLUSIONES

Que Dios nos dé osadía… denuedo… coraje… valentía…. valor. ¡Atrevámonos! ¡El evangelio trae gozo! Tanto al recibirlo, como al extenderlo hacia otros.

Fuente. Evangelio Real

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