La Biblia nos dice que es importante para nosotros entender el tipo de tristeza correcto, la cual conlleva a un arrepentimiento de corazón y al cambio.
La mayoría de nosotros diría “Lo siento” si tropezamos accidentalmente con alguien en la tienda. La mayoría de nosotros sentiría tristeza si nos enteramos que un amigo cercano ha perdido algún ser querido, y de verdad lo sentiríamos mucho por esa persona. En los dos casos el sentimiento puede ser de corazón. Pero siendo así, ¿ese es el tipo de tristeza que Dios está buscando cuando se trata de arrepentimiento?
El rey Salomón escribió: “El corazón alegre hermosea el rostro; Mas por el dolor del corazón el espíritu se abate” (Proverbios 15:13). Un semblante alegre es simplemente una expresión externa de estar feliz. Es la reacción a una emoción física interna.
Pero Salomón también advierte que el espíritu se puede abatir por el dolor del corazón. El corazón del ser humano describe la mente y el pensamiento de la persona. ¿Qué quiere decir que el espíritu está abatido?
¿Requiere Dios un espíritu abatido?
El rey David escribió: “Cercano está el Eterno a los quebrantados de corazón; Y salva a los contritos de espíritu” (Salmos 34:18).
Hay momentos para estar quebrantados; momentos para acudir a Dios con la tristeza adecuada. La traducción para la palabra hebrea “contrito” puede significar “colapsar” (Strong´s Exhaustive Concordance of the Bible, #1793) [Strong: Concordancia exhaustiva de la Biblia, #1793]. Dios está cerca de aquellos cuya mente egoísta y orgullosa les ha sido quebrantada, y salva a los que les tienen su espíritu quebrantado.
David, considerado un hombre conforme al corazón de Dios, nos dice: “Los sacrificios de Dios son el espíritu quebrantado; Al corazón contrito y humillado no despreciarás tú, oh Dios” (Salmos 51:17). Owen’s Analytical Key to the Old Testament [Clave analítica del Antiguo Testamento de Owen] traduce las palabras hebreas en ese pasaje de la siguiente manera: “El sacrificio agradable a Dios, un espíritu de quebrantamiento, un corazón roto y contrito, Dios, tú no lo desprecias”.
¿Cómo se relaciona un “corazón roto” con el arrepentimiento?
Aunque en Salmos 51 no se mencionan las palabras arrepentido o arrepentimiento, David expresa lo que significa tener un espíritu quebrantado —mostrando su profundo arrepentimiento y su gran deseo de ser perdonado y purificado.
“Ten piedad de mí, oh Dios, conforme a tu misericordia; Conforme a la multitud de tus piedades borra mis rebeliones. Lávame más y más de mi maldad, Y límpiame de mi pecado. Porque yo reconozco mis rebeliones, Y mi pecado está siempre delante de mí. Contra ti, contra ti solo he pecado, Y he hecho lo malo delante de tus ojos; Para que seas reconocido justo en tu palabra, Y tenido por puro en tu juicio” (vv. 1-4).
Motivado por su arrepentimiento, David reconoció, confesó y admitió sus pecados. En otro de sus salmos, escribió: “Mi pecado te declaré, y no encubrí mi iniquidad. Dije: Confesaré mis transgresiones al Eterno; Y tú perdonaste la maldad de mi pecado” (Salmos 32:5).
¿Cuáles son las características de la tristeza según Dios?
El apóstol Pablo se sintió aliviado con la actitud de arrepentimiento de los miembros de la congregación en Corinto, después de haberlos reprendido. Acá podemos ver otro aspecto de la tristeza según Dios —el profundo deseo y compromiso para cambiar.
“Porque aunque os contristé con la carta, no me pesa, aunque entonces lo lamenté; porque veo que aquella carta, aunque por algún tiempo, os contristó. Ahora me gozo, no porque hayáis sido contristados, sino porque fuisteis contristados para arrepentimiento; porque habéis sido contristados según Dios, para que ninguna pérdida padecieseis por nuestra parte. Porque la tristeza que es según Dios produce arrepentimiento para salvación, de que no hay que arrepentirse; pero la tristeza del mundo produce muerte. Porque he aquí, esto mismo de que hayáis sido contristados según Dios, ¡qué solicitud produjo en vosotros, qué defensa, qué indignación, qué temor, qué ardiente afecto, qué celo, y qué vindicación! En todo os habéis mostrado limpios en el asunto” (2 Corintios 7:8-11).
La descripción que Pablo hace aquí es muy clara. La tristeza según Dios va a producir algo en nosotros que nos va hacer cambiar y nos va a motivar a estar lo suficientemente afligidos como para arrepentirnos.
Miremos estas palabras que Pablo utilizó para describir la tristeza según Dios:
- Solicitud
- Defensa
- Indignación (rabia frente a lo que hemos hecho)
- Temor
- Ardiente afecto
- Celo
- Vindicación
Él dijo: “En todo os habéis mostrado limpios en el asunto”. Esta no es una tristeza temporal por la condición en que uno se encuentra, es un verdadero arrepentimiento que lleva al cambio.
Es importante que nos demos cuenta que mientras que lamentarse es un aspecto del verdadero arrepentimiento, el sentimiento de tristeza en si mismo no es arrepentimiento. La tristeza según Dios nos lleva a un cambio en nuestra forma de pensar, en nuestras acciones y en nuestra vida. Hace que tengamos la actitud correcta para que podamos arrepentirnos.
La tristeza según el mundo se preocupa más por el castigo o por las consecuencias. La tristeza según Dios se preocupa más por el deseo de cambiar.
Clarke’s Bible Commentary [Comentario bíblico de Clarke] dice esto acerca de la tristeza según Dios: “No fue una pena por haber sido descubiertos y entonces reprendidos solemnemente, fue una pena porque habíais pecado contra Dios, cuya consideración hizo que te afligieras más que el temor a cualquier castigo” (comentario de 2 Corintios 7:9).
Si un niño está haciendo algo malo y el padre lo corrige, el niño puede lamentarse porque hirieron sus sentimientos o porque no pudo hacer lo que quería hacer. Sólo hasta que tengamos el tipo de tristeza correcta podremos darnos cuenta que lo que estamos haciendo está realmente mal.
Tener el tipo de tristeza correcta va a llevar a la persona a tener un corazón cambiado. Entonces Dios puede conceder el arrepentimiento a esa persona.
¿Por qué la tristeza según el mundo produce muerte?
Cuando una persona ha pecado y está sufriendo las consecuencias de sus decisiones, puede sentir una tristeza natural, según el mundo. Por ejemplo, si una persona se emborracha y es arrestada por manejar bajo la influencia del alcohol, y después se despierta en la cárcel, puede sentirse angustiado o avergonzado. Probablemente él no desearía tener el malestar de una resaca o estar preocupado por haber puesto la vida de otros en peligro. Pero entonces puede dar un giro y hacer lo mismo otra vez el próximo fin de semana. Tran pronto como está fuera de la cárcel, sin experimentar ningún malestar físico, puede que no piense mucho en lo que hizo. Este tipo de arrepentimiento es temporal —¡no conlleva a un cambio en la forma de pensar o actuar!
En un sentido espiritual, si la persona no se arrepiente del pecado, entonces sigue viviendo en pecado, y la paga del pecado es muerte (Romanos 6:23). El castigo por el pecado —la muerte— todavía está sobre él y su tristeza temporal según el mundo no lo va a llevar a un cambio duradero.
La tristeza según Dios lo guiará a un corazón nuevo
En Ezequiel 18:30-31 Dios advirtió a Israel: “Por tanto, yo os juzgaré a cada uno según sus caminos, oh casa de Israel, dice el Eterno el Señor. Convertíos, y apartaos de todas vuestras transgresiones, y no os será la iniquidad causa de ruina. Echad de vosotros todas vuestras transgresiones con que habéis pecado, y haceos un corazón nuevo y un espíritu nuevo. ¿Por qué moriréis, casa de Israel?”.
Dios quería un “corazón nuevo” en el pueblo de Israel. Él quería verlos cambiar y que lo siguieran. Él desea lo mismo en la actualidad con usted y conmigo.
Sin embargo, la humanidad no tiende a tener tristeza según Dios. Jesús dijo: “Pero decía, que lo que del hombre sale, eso contamina al hombre. Porque de dentro, del corazón de los hombres, salen los malos pensamientos, los adulterios, las fornicaciones, los homicidios, los hurtos, las avaricias, las maldades, el engaño, la lascivia, la envidia, la maledicencia, la soberbia, la insensatez. Todas estas maldades de dentro salen, y contaminan al hombre” (Marcos 7:20-23).
Estas son las tendencias naturales del hombre. En otros apartes de las escrituras se les llama “obras de la carne” (Gálatas 5:19-21). Pero cuando una persona siente la tristeza según Dios, guiándolo al arrepentimiento y al cambio, entonces Dios puede darle a esa persona su Espíritu Santo. Esto crea un corazón nuevo que puede empezar a producir el fruto del Espíritu Santo de Dios (Gálatas 5:22-23).
La tristeza según Dios, como la describió Pablo, nos guiará al arrepentimiento, que es el primer paso para responder al llamamiento de Dios, y nos va a llevar al camino de la conversión. (Si desea ahondar en este proceso de vital importancia, descargue de manera gratuita una copia del folleto ¡Cambie su vida!).
El resultado de la tristeza según Dios es un corazón cambiado, y nos guiará a una nueva vida —y eventualmente a la vida eterna. “Porque la tristeza que es según Dios produce arrepentimiento para salvación” (2 Corintios 7:10).
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Fuente: Vida Esperanza y Verdad
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