Plan para leer la Biblia

Si lees este artículo, probablementes hayas resuelto leer más la Biblia este año. ¡Agradezco a Dios por eso!

También, seguramente sabes que leer más la Biblia no es tan simple como parece. Es probable que te haya pasado lo mismo que a mí: empiezas los primeros días del año motivado leyendo Génesis, y poco a poco encuentras más difícil seguir con el hábito.

Cuando llegas a Levítico, ya estás agotado y perturbado por algunas cosas que no entendiste al leer los libros anteriores (¿cómo entender la muerte de los hijos de Áaron?). Y cuando llegas a Números, sientes que ya no lo vas a lograr. Luego de unos días en los que se te olvidó leer, abandonas tu plan. Y cuando luego ves tu Biblia, tratas de ahogar la sensación incómoda de que tal vez no eres un “buen cristiano” después de todo.

He estado allí, y gracias a Dios he podido perseverar en la lectura de la Biblia. Aquí hay algunos consejos que pueden ayudarte:

1) Lee la Biblia siguiendo un plan realista

Como he escrito antes, un plan de lectura es una gran ayuda pero solo si escoges uno realista. Me explico: si tu vida está muy llena de responsabilidades, no te recomiendo un plan que te lleve a leer muchas horas al día. Eso no es ser realista en cuanto a tus capacidades actuales y tu ritmo de vida, con los roles y tareas que Dios te ha dado en tu etapa presente.

No esperes poder profundizar en la Palabra si solo le dedicas pocos minutos, leyéndola en trocitos como capítulos o versículos.

Por otro lado, no esperes poder profundizar en la Palabra si solo le dedicas pocos minutos, leyéndola en trocitos como capítulos o versículos. La Biblia originalmente no fue escrita con esas divisiones (hablaremos más sobre esto en el siguiente punto). Aunque ellas pueden ser útiles para citar con más precisión la Escritura, hacer referencias, y recordar nuestras lecturas con más facilidad, pueden contribuir a que saquemos textos fuera de sus contextos y tengamos dificultades para entender el flujo de pensamiento y narrativa a través de porciones extensas y libros enteros.

Así que un plan de lectura que fragmenta mucho la Biblia no es realista en cuanto a la naturaleza de ella. Por lo tanto, te recomiendo un plan de lectura que se ajuste a la mayor cantidad de tiempo que puedas dedicarle (no las sobras de tu tiempo), mientras te ayuda a leer porciones más o menos largas.

Esto significa que no hay un plan perfecto para toda persona. Por ejemplo, un plan para leer la Biblia cuatro veces en el año seguramente será difícil para alguien con tres hijos pequeños.

Aunque puedo recomendarte un plan cronológico o el célebre plan de Robert Murray M’Cheyne, en última instancia es tu tarea buscar un plan que se ajuste tus capacidades. Personalmente, este año seguiré con mi esposa y mi iglesia este plan para leer la Biblia en dos años. Si te sientes muy creativo, te recomiendo esta excelente herramienta gratuita para diseñar tu propio plan de lectura bíblica.

2) Lee la Biblia en lectura extensas

Anteriormente he hablado a favor de la lectura de pasajes extensos y libros completos de la Escritura. Considera esto: ¿alguna vez te has apartado por horas para leer seguido todo un libro de la Biblia mientras oras y tomas notas?

La lectura detallada de porciones cortas de la Palabra (como un capítulo o un par de ellos) tiene su importancia en la vida del creyente. Pero los libros de la Biblia fueron escritos para ser leídos enteros, sin interrupciones ni distracciones, como ya mencionamos.

Las lecturas extensas, escribiendo sobre lo que aprendemos —lo cual nos lleva a pensar con más detenimiento—, nos sirven para ver cosas que no veríamos al leer la Biblia en porciones cortas. Por ejemplo, ver mejor el mensaje central de un libro o cómo un tema se desarrolla a lo largo de varios capítulos. Estos descubrimientos nos motivan a leer más durante este año.

Si puedes pasar horas en Netflix o tus redes sociales, seguramente tienes tiempo para leer Romanos (1 hora) o Amós (25 minutos) en una sentada.

Para ser más intencional en leer la Biblia así, te recomiendo la NVI Biblia del Lector. Es una presentación de la Biblia sin divisiones de capítulos, versículos, subtítulos, y notas. Me ha sido útil para la lectura inmersiva, además de que su diseño es precioso y atractivo.

3) Lee la Biblia en comunidad

Por último, te recomiendo leer la Palabra junto a otras personas (tu cónyuge, tu familia, tus hijos, tu iglesia, etc.).

La Biblia no solo fue escrita para leerse de manera individual, sino también en comunidad.

Mi iglesia promueve que sus miembros sigan el mismo plan de lectura y he podido ver la enorme bendición de esto. Nos permite hablar más a menudo sobre nuestras lecturas, qué hemos aprendido, y alentarnos a perseverar.

Robert Murray M’Cheyne habló de estos beneficios y otros al decir siglos atrás:

“El dulce vínculo del amor cristiano y la unidad se fortalecerá. A menudo se nos llevará a pensar en esos queridos hermanos y hermanas en el Señor, aquí y en otros lugares, que aceptan unirse a nosotros para leer estas porciones. A menudo seremos llevados a un acuerdo en la tierra, en relación a algo que le pediremos a Dios. Oraremos por las mismas promesas, lloraremos por las mismas confesiones, alabaremos a Dios en las mismas canciones, y nos alimentaremos con las mismas palabras de vida eterna”.

Esto ha revolucionado mi caminar espiritual y oro que puedas experimentar lo mismo. La Biblia no solo fue escrita para leerse de manera individual, sino también en comunidad.

Oremos que el Señor nos conceda atesorar su Palabra y apoyarnos mutuamente en perseverar en este hermoso hábito de leerla más y más, recordando su eterno amor que le llevó a entregar a su Hijo por nosotros.

Fuente: Coalición por el Evangelio

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