Al fin de cada tercer año, sacarás todo el diezmo de tus productos de aquel año y {lo} depositarás en tus ciudades.
sino que le abrirás libremente tu mano, y con generosidad le prestarás lo que le haga falta para {cubrir} sus necesidades.
Si he impedido a los pobres {su} deseo, o he hecho desfallecer los ojos de la viuda, o {si} he comido mi bocado solo, y el huérfano no ha comido de él (aunque desde mi juventud él creció conmigo como con un padre, y a la viuda la guié desde mi infancia).
Bien le va al hombre que se apiada y presta; arreglará sus asuntos con juicio. Porque nunca será sacudido; para siempre será recordado el justo. No temerá {recibir} malas noticias; su corazón está firme, confiado en el SEÑOR.
El que se apiada del pobre presta al SEÑOR, y El lo recompensará por su buena obra.
¿No es para que partas tu pan con el hambriento, y recibas en casa a los pobres sin hogar; para que cuando veas al desnudo lo cubras, y no te escondas de tu semejante?
y si te ofreces al hambriento, y sacias el deseo del afligido, entonces surgirá tu luz en las tinieblas, y tu oscuridad {será} como el mediodía.
Al que te pida, da{le;} y al que desee pedirte prestado no le vuelvas la espalda.
Cuidad de no practicar vuestra justicia delante de los hombres para ser vistos por ellos; de otra manera no tendréis recompensa de vuestro Padre que está en los cielos. Por eso, cuando des limosna, no toques trompeta delante de ti, como hacen los hipócritas en las sinagogas y en las calles, para ser alabados por los hombres. En verdad os digo {que ya} han recibido su recompensa. Pero tú, cuando des limosna, que no sepa tu {mano} izquierda lo que hace tu derecha,Leer más.
Al día siguiente, sacando dos denarios, se los dio al mesonero, y dijo: «Cuídalo, y todo lo demás que gastes, cuando yo regrese te lo pagaré.»
Dad más bien lo que está dentro como obra de caridad, y entonces todo os será limpio.
Vended vuestras posesiones y dad limosnas; haceos bolsas que no se deterioran, un tesoro en los cielos que no se agota, donde no se acerca {ningún} ladrón ni la polilla destruye.
Antes bien, cuando ofrezcas un banquete, llama a pobres, mancos, cojos, ciegos,
Cuando Jesús oyó {esto,} le dijo: Te falta todavía una cosa; vende todo lo que tienes y reparte entre los pobres, y tendrás tesoro en los cielos; y ven, sígueme.
Y Zaqueo, puesto en pie, dijo al Señor: He aquí, Señor, la mitad de mis bienes daré a los pobres, y si en algo he defraudado a alguno, {se lo} restituiré cuadruplicado.
Y {había} un hombre, cojo desde su nacimiento, al que llevaban y ponían diariamente a la puerta del templo llamada la Hermosa, para que pidiera limosna a los que entraban al templo. Este, viendo a Pedro y a Juan que iban a entrar al templo, les pedía limosna.
y reconocieron que era el mismo que se sentaba a la puerta del templo, la Hermosa, a {pedir} limosna, y se llenaron de asombro y admiración por lo que le había sucedido.
Había entonces en Jope una discípula llamada Tabita (que traducido {al griego} es Dorcas); esta mujer era rica en obras buenas y de caridad que hacía continuamente.
piadoso y temeroso de Dios con toda su casa, que daba muchas limosnas al pueblo {judío} y oraba a Dios continuamente. Como a la hora novena del día, vio claramente en una visión a un ángel de Dios que entraba a {donde} él {estaba} y le decía: Cornelio. Mirándolo fijamente y atemorizado, {Cornelio} dijo: ¿Qué quieres, Señor? Y él le dijo: Tus oraciones y limosnas han ascendido como memorial delante de Dios.
y dijo: Cornelio, tu oración ha sido oída, y tus obras de caridad han sido recordadas delante de Dios.
Y, después de varios años, he venido para traer limosnas a mi nación y a presentar ofrendas;
Ahora bien, en cuanto a la ofrenda para los santos, haced vosotros también como instruí a las iglesias de Galacia. Que el primer {día} de la semana, cada uno de vosotros aparte {y} guarde según haya prosperado, para que cuando yo vaya no se recojan entonces ofrendas. Y cuando yo llegue, enviaré con cartas a quienes vosotros hayáis designado, para que lleven vuestra contribución a Jerusalén.
Ahora pues, acabad también de hacerlo; para que como {hubo} la buena voluntad para desearlo, así también {la haya} para llevarlo a cabo según lo que tengáis.
Pero esto {digo:} El que siembra escasamente, escasamente también segará; y el que siembra abundantemente, abundantemente también segará. Que cada uno {dé} como propuso en su corazón, no de mala gana ni por obligación, porque Dios ama al dador alegre.
Sólo {nos pidieron} que nos acordáramos de los pobres, lo mismo que yo estaba también deseoso de hacer.
El que roba, no robe más, sino más bien que trabaje, haciendo con sus manos lo que es bueno, a fin de que tenga qué compartir con el que tiene necesidad.
{Enséñales} que hagan bien, que sean ricos en buenas obras, generosos y prontos a compartir,
Pero el que tiene bienes de este mundo, y ve a su hermano en necesidad y cierra su corazón contra él, ¿cómo puede morar el amor de Dios en él?
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