“Ya no vivo yo”
¿Alguna vez has conocido a alguien que parece tener una fuente secreta de bondad, bendición y gozo en alguna parte profunda de su ser? ¿Tal vez parientes o mentores o compañeros de trabajo, personas que tienen un aura de felicidad y contentamiento, o que en general son personas con las que es bueno estar? Puede parecer un poco misterioso cómo es posible vivir una vida así; una vida donde eres tan feliz que irradias la vida de Jesús, creando paz y gozo dondequiera que estés.
Quizá estés pensando que nunca has conocido a alguien así, y dudas de que esa gente en realidad exista.
Pero sin lugar a duda, hay una forma muy real y alcanzable de experimentar una vida así de abundante y enriquecedora. Y esta comienza con 2 versículos muy conocidos:
“… sabiendo esto, que nuestro viejo hombre fue crucificado juntamente con él, para que el cuerpo del pecado sea destruido, a fin de que no sirvamos más al pecado”.Romanos 6:6.
“Con Cristo estoy juntamente crucificado, y ya no vivo yo, mas vive Cristo en mí; y lo que ahora vivo en la carne, lo vivo en la fe del Hijo de Dios, el cual me amó y se entregó a sí mismo por mí”. Gálatas 2:20.
¡Cristo vive en mí!
Gálatas 2:20 es uno de los testimonios personales más fuertes que hay en la Biblia. Y no es hasta que uno tiene este testimonio de “con Cristo estoy juntamente crucificado, y ya no vivo yo”, que has nacido de nuevo. Pablo dice que vivió la vida de Jesús, y eso nunca habría podido hacerlo si el viejo hombre no hubiera sido crucificado con Él, así como dice en Romanos 6:6. Cuando tu viejo hombre – tu vieja mentalidad que sirve a tus propios intereses egoístas, pasiones y deseos – ha sido crucificado, entonces puedes vivir la vida de Jesús.
Esto es así porque la vieja vida se detiene; todas esas viejas, asquerosas y miserables fuentes de las que bebías ya no son tu interés, han sido cerradas por completo. Ahora las fuentes del cielo se abren. Es cuando ya no sea ese “yo” quien vive que podrás vivir esta vida bendecida, abundante y rica.
“… mas el que bebiere del agua que yo le daré, no tendrá sed jamás; sino que el agua que yo le daré será en él una fuente de agua que salte para vida eterna”. Juan 4:14.
Todo esto es posible por medio de la palabra de la cruz, la cual es el poder y la sabiduría de Dios. De hecho, Jesús demostró cuál era ese poder cuando se levantó de entre los muertos al tercer día. El poder de la cruz era el que podía levantarlo de la muerte; ese poder era el que rompió las cadenas y los lazos de la muerte y por lo tanto nada pudo detenerlo. Después resucitó al tercer día, como nuestro Salvador, y poco más tarde ascendió al cielo. (1 Corintios 1:18,24).
Todo el poder de Dios está a tu disposición
Si Jesús hubiera vivido tan solo una vez según la carne — según su voluntad humana — y la cruz no hubiera obrado en Él toda su vida, entonces la sabiduría de Dios no se habría manifestado en Él, sino que la locura habría surgido. Tan solo con ceder una vez habría sido suficiente para que no se convirtiera en nuestro Salvador. Pero Jesús fue tan fiel que se convirtió en el poder y la sabiduría de Dios. El Hijo del Hombre. Solo hay un mediador entre Dios y los hombres, Jesucristo hombre. (1 Timoteo 2:5). Recuerda, Él era un hombre y fue sumamente fiel; fue increíblemente fiel a su Padre.
Ese es el amor del primer mandamiento: amar a Dios con todo tu corazón, con toda tu mente y con todo tu ser. Y eso es lo que significa ser una persona entregada a Dios. Es de esta manera en la que Dios te fortalecerá con Su poder. No solo con un poder cualquiera, ni con solamente un poco, sino que con Su poder te va fortalecer y te ayudará.
“Alumbrando los ojos de vuestro entendimiento, para que sepáis cuál es la esperanza a que él os ha llamado, y cuáles las riquezas de la gloria de su herencia en los santos, y cuál la supereminente grandeza de su poder para con nosotros los que creemos, según la operación del poder de su fuerza, la cual operó en Cristo, resucitándole de los muertos y sentándole a su diestra en los lugares celestiales.” Efesios 1:18-19.
¿Quién alguna vez a peleado en contra de Dios y salido ileso de esa batalla? Cuando Dios está contigo no hay nadie que pude hacerte frente. “¿Quién contra nosotros?” dice Pablo. (Romanos 8:31). Tienes una fuente infinita de poder de la cual puedes tomar para tu vida. Cuando utilizas ese poder para mantener a tu viejo hombre crucificado, y para vencer todos las pasiones y deseos que hay en tu carne, entonces será una gran bendición para ti y para todos los que te rodean. Dios te da el suficiente poder y gracia que necesitas, porque tú solo no puedes vivir esta vida del nuevo pacto. No siempre puedes ser feliz por ti mismo. Nadie puede hacer eso. Pero por la gracia y el poder de Dios, su poder divino, puedes vivir tal vida; una vida del Nuevo Testamento donde: “Ya no vivo yo”.
Fuente: Cristianismo Activo
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