La enseñanza del Nuevo Testamento es clara respecto a que Jesús fue y es perfecto y sin pecado. Hebreos 4:15 proporciona un ejemplo claro de lo que los escritores del Nuevo Testamento comunicaron acerca de la naturaleza sin pecado de Jesús: «Porque no tenemos un sumo sacerdote incapaz de compadecerse de nuestras debilidades, sino uno que ha sido tentado en todo de la misma manera que nosotros, aunque sin pecado.»
La naturaleza sin pecado de Jesús es eterna. Él es eterno y vivió en perfección con el Padre antes de venir a la tierra (Juan 1: 1; Colosenses 2: 9). El nacimiento de Jesús fue sobrenatural. Nació de la virgen María, lo que significa que evitó heredar la naturaleza de pecado que aparentemente se heredaba a través de un padre terrenal. Su vida fue marcada como perfecta y sin pecado, a pesar de mucha tentación (Mateo 4: 1-10). Incluso en la cruz, Jesús podría decir: «¡Consumado es!» (RVR 1960) Después de Su muerte y resurrección, Él vivió en la tierra por un período de cuarenta días sin pecado y luego ascendió al Padre donde ahora vive una vez más en la perfección sin pecado. La Biblia es clara en cuanto a la eternidad futura, Cristo reinará como Señor y nunca pecará (Apocalipsis 22).
¿Por qué es importante que Jesús fuese sin pecado? Se podrían mencionar muchas razones, pero quizás lo más importante es el hecho de que Jesús tuvo que ser sin pecado para probar que era divino. Si Dios es perfecto y nunca peca, entonces si Jesús pecara no sería Dios. Ya que Jesús venció la tentación y demostró ser irreprensible, proporcionó amplia evidencia de su afirmación como el Mesías, el Hijo de Dios.
Además, Jesús tenía que ser perfecto y sin pecado para servir como un sustituto perfecto de los pecados de toda la humanidad (Hebreos 7:27; 10:10). La única esperanza para que las personas estén bien con Dios es a través de un mediador que puede conectar a la humanidad imperfecta con un Dios perfecto y santo. Jesús ofreció un camino por medio de venir a la tierra como un ser humano y pagar el precio por el pecado en la cruz. En 1 Pedro 1: 18-19 claramente indica: «Como bien saben, ustedes fueron rescatados de la vida absurda que heredaron de sus antepasados. El precio de su rescate no se pagó con cosas perecederas, como el oro o la plata, sino con la preciosa sangre de Cristo, como de un cordero sin mancha y sin defecto.» Colosenses 1: 21-22 declara: «En otro tiempo ustedes, por su actitud y sus malas acciones, estaban alejados de Dios y eran sus enemigos. Pero ahora Dios, a fin de presentarlos santos, intachables e irreprochables delante de él, los ha reconciliado en el cuerpo mortal de Cristo mediante su muerte.»
Como totalmente Dios, Jesús no podía pecar. Sin embargo, su naturaleza humana podría ser tentada. El hecho de que Jesús fuese sin pecado, permitió el pagó del precio por el pecado y ofrece a todas las personas la vida eterna (Juan 3:16; Efesios 2: 8-9). Él no es un camino a la vida eterna, sino que afirma: » —Yo soy el camino, la verdad y la vida —le contestó Jesús—. Nadie llega al Padre sino por mí.» (Juan 14: 6). Además, no hay otra opción para la salvación. Jesús es el único nombre bajo el cielo a través del cual las personas pueden ser salvas (Hechos 4:12). Solo un Jesús perfecto y sin pecado podría pagar el precio por el pecado y ofrecer a otros perdón y vida eterna.
Fuente: Compelling Truth
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